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jueves, 4 de julio de 2013

El Viejo Reloj

Hay un viejo reloj parado, varado en el costado de la estancia donde habita mi alma. Su péndulo en calma centenario me señala un calendario amarillento de distancia. Carillón mudo, jamás encontró el modo en que rompiendo el nudo en mi garganta, tañer de nuevo un lejano te quiero en la campana de tus labios. La vida vuela con sus alas de los días, melodía torpe, siempre le falta en su norte a mi mañana una última nota, y perdido en la derrota de la muerte, vuelvo a la victoria de la vida para seguir componiendo mi sinfonía inacabada.

Anoche por vez primera en mis sueños, otro que no eras tú, se hizo dueño de ellos. Me visitó al fin un extraño relojero, traía como herramienta el mundo entero guardado en su caja de universos. Dio cuerda a mi reloj y viejos planetas cobraron nuevo movimiento, campanadas a lo lejos, carillones de recuerdos repicaron un te amo, y campanitas de estrellas titilitan desde entonces, marcándome cuarto a cuarto todo el amor que palpita en cada uno de mis átomos.
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martes, 2 de julio de 2013

El Poeta

El poeta no nace para ser barro, nació para romper el tarro de emociones en el que su alma habita, para ser uno con el espacio y que el universo, marmita repleta de estrellas que le contiene, tomado de improviso por un verso, le deje romper el sello de todos sus secretos, y le pague su salario de sueños.

Las emoción es piedra de alumbre, que perfuma entre las canas de su cumbre un mundo mágico de quiméricos imposibles que hacen posible el latido de su corazón. Él, dio gracias a la vida por abrirle una herida de amor, que cicatriza en poemas, ungido con ungüento insomne de la noche donde su alma asegura, su tránsito desde la locura de amor hacia la inmortalidad. Quien no se emociona no tiene vida. La realidad se esconde siempre esquiva, por detrás de la mirada.
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