No uses el eco de las palabras del maestro como tuyas. Porque llegará el tiempo en que te verás obligado a hablar fuera de la montaña sagrada y allí moverás los labios, más ninguna sabiduría acompañará su movimiento. Dí más bien de dónde surgieron y deja que otros se acerquen a la montaña y su sabiduría. En el maestro resuenan de forma eterna las palabras de Dios
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