Cada lágrima ,finalmente,cobró sentido. Cada mirada un nido donde crecía el amor. Cada suspiro era viento del universo soplando entre los dos. Te conocí en la guerra, te recordé en paz. Así la soledad que abisma en mis sentidos, encontró alivio. Ya estás en casa nuevamente, y yo te seguiré amando eternamente, desde el silencio que existe entre dos latidos de tu corazón
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