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miércoles, 30 de octubre de 2013

Algún día pasaré...

Algún día pasaré fugaz como el aromático perfume del jazmín, y transportado por el viento de la eternidad, saldré del jardín de soledad de los días, para labrar el huerto fecundo de mis actos. El tacto aterciopelado de tus manos tocará por fin mi frente y se hará entonces ausente la nostalgia, regresando del ayer de añoranzas para habitar esperanza de futuro. Si salté el muro, si atravesé las murallas fue para alcanzar la nave que lisonjera te alejaba de la playa de mi amor. Barco de temor donde mi dolor navega. He cortado a dentelladas la soga, he regado con mi sangre la cubierta, impulsado las velas con mi aliento, y atento a la cautelosa guía de las estrellas, alcancé por fin el puerto donde tú silente y viva te escondías, al otro lado de mi muerte.

sábado, 26 de octubre de 2013

Si Fui...

Si fui tristeza no fue, alma hoy lo sé, por ganar o perder. Fue por no saber que hacer con el tesoro preñado de amanecer que encerraba el cofre oscuro y lóbrego de mis noches. Los días pasados son soldados caídos en la batalla del tiempo, donde siempre a destiempo cargué contra el enemigo oculto en mis recuerdos.

Si fui alegría mañana por fin sabré, cuando caiga rota la envoltura de mi alma, si alcanzo por fin la calma que se adivina detrás de las pupilas divinas con las que Dios se asomó en cada una de tus azules miradas. Hoy no fui ni seré ningún mañana, soy el presente que llama al hombre desde todos los rincones del tiempo.

lunes, 7 de octubre de 2013

Y Llegó la Aurora.

Y llegó la aurora, como siempre poblada con borrachos de última hora, embriagados de vino de ayer con miel de esperanza, "alcobohemia" del eterno mañana. Caminan con rutinaria desgana entre la miseria cotidiana del nuevo día. Resuenan en sus cabezas golpes de cristral, coral de espuma blanca de cerveza amarga, con la que la cordura brinda ancestral, dejando fuera de la fiesta a la locura de amar. Y ese paso cansado preñado de tos en pos de un sueño es todo cuanto poseen. Si salen o vuelven no lo sé, parece que hubieran estado allí siempre, habitando el crepuscular, minúsculo y difuminado mundo de tenues luces que separa la vigilia del sueño. Caminan como sombras espectrales, raídos personajes en busca de un autor, huérfanos de dueño; ofrenda de juventud abierta a un dios canalla quién les despierta de su siesta de olvido susurrándoles al oido promesas inagotables de un escaparate, moscas alocadas que rebotan contra el cristal sin llegar a posarse sobre ningún pastel.

Solo se Vive una Vez.

Se abrió la puerta y un cuchillo de luz desafilado de ocres partió mi vida en el ocaso. Sin hacer el menor caso al amor crucé el umbral pensando, "total solo se vive una vez". Y yo rehén de la inmadurez encuentro desde entonces un millón de muertes cotidianas. Tan poca vida para tanta muerte es la sutil herida por donde se desangra mi suerte. No me mata el hambre, me mata el hombre famélico de anhelos, desnutrido de emociones. Desleida en agua de razones pinta paisajes mi alma, lugares imposibles, mundos de acuarela, donde todo manjar vuela diluido con la lluvia del tiempo. Panes de bodegón alimentan fantasías, naturaleza muerta, pintura desierta de sabores, el cuervo loco de mis deseos se desespera con uvas de óleo. Poco a poco me acerco a la puerta, aquella que dejé a mi espalda, la misma que Dios mantuvo abierta para mi alma, porque es cierto que solo se vive una vez, ahora lo sé y esa vez es para siempre.