La prostituta
Nunca aceptes favores con intención inconfesable. Si disfrazas tu conciencia una vez, para adormecerla con argumentos, pensando que lo puedes manejar sin llegar a caer, es indiferente porque ya has prostituido tu alma, por mucho que finjas. Es el cohecho impropio del ego sobre el alma. Hay muchas formas de ser prostituta pero sólo una de ser hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario