Yo sé que vivir es escaso y que haciendo corto el paso no se alarga este camino. De cuantos fueron mis amigos quedan lejanos rumores sobre el batir oceánico de mis recuerdos. Todo parece tan lejos, los reflejos de tantas lunas, que mecían en su cuna de estrellas mis sueños pupilares. Naufragué en todos los mares de amores, y si breve fue la nave, eterna es la tormenta de emociones cuyo viento aun me sustenta empujado la vela de mi alma. Para qué quiero un mar en calma, si puedo enfrentar las olas de tus brazos, si rompiendo el hombre por fin sus lazos, hace del camino escaso de la vida, fracaso de la muerte por conquistarle.
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