Dicen que tengo sombras, un lado oscuro, más inmaduro se me antoja el ojo que por ello se enoja y que procura la sombra, que siente herida su honra por tan torpe percepción, frustración de sus antojos, enojo de vanidad que busca otra realidad, para justificar la ausencia de luz que escombra su alma.
La luna nueva atesora, en mi memoria, tantas promesas de luz de plenilunio en el diluvio silente de una selene expectante de emociones, que guardo, nacar y luz en mi alma, como viejas canciones de amor. Y tú al calor de tu propio orgullo dejas el arrullo plateado de su luz y buscas al otro lado la sombra.
Si la luna tiene un lado oscuro es seguro porque dejó en él cuanto ya no necesita para brillar con una sola cara. Ella ilumina tu mirada, en la noche obscura en donde habitas mientras tú te irritas con sus manchas.
La luna está tan alta, tanto que tus brazos de hombre no la alcanzan. Tiene una viruela de huellas del pasado sobre su cara, que hace nueva en cada mirada de amantes, que contemplo anhelante, mientras duermo callado en el templo de mi muerte, acortando la distancia hasta mi amada.
La luna nueva atesora, en mi memoria, tantas promesas de luz de plenilunio en el diluvio silente de una selene expectante de emociones, que guardo, nacar y luz en mi alma, como viejas canciones de amor. Y tú al calor de tu propio orgullo dejas el arrullo plateado de su luz y buscas al otro lado la sombra.
Si la luna tiene un lado oscuro es seguro porque dejó en él cuanto ya no necesita para brillar con una sola cara. Ella ilumina tu mirada, en la noche obscura en donde habitas mientras tú te irritas con sus manchas.
La luna está tan alta, tanto que tus brazos de hombre no la alcanzan. Tiene una viruela de huellas del pasado sobre su cara, que hace nueva en cada mirada de amantes, que contemplo anhelante, mientras duermo callado en el templo de mi muerte, acortando la distancia hasta mi amada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario