Y sí, hoy fue un día desbocado de emociones, donde rompe el alma sus cadenas y por un momento vuela entre dos atmósferas, la una huele a tierra mojada, a Dios tras la lluvia, y es un evocador aleluya cuando grito libertad, la otra es la cotidiana soledad que me acompaña. Se filtra por las goteras que el tiempo le hizo a mi corazón y si alguien alguna vez os dice que no os amé, decidle que sí con premura, que siempre guardó toda ternura mi alma en los bolsillos escondidos detrás de la armadura, que cada abolladura que sufrió en la batalla era un grito que llevó tu nombre. Que sembré nuevo trigo entre los hombres regándolo con tu nombre. Que a nadie le asombre, pues muerto aquí de humanidad, respiro nueva libertad tras los ojos negros y profundos de universo, donde pupilares estrellas me hacen guiños de complicidad.
jueves, 26 de septiembre de 2013
Déjales decir.
Que digan de mí, si por decir diciendo aquellos que sin saber quién soy encuentran consuelo en mis defectos. Que digan pues, que yo vivo en el silencio ignoto de mis actos, que provocan terremotos sobre conciencias de idiotas. Que digan y vuelvan a decir, maldiciones torpes de traidores, amigos fingidos desleidos por el interés de sus menguadas notas en el cuaderno de la envidía. Para el arrogante toda mano tendida es un puño con el que acuña la triste moneda de su soledad. Grandilocuente intelectualidad para tan grande desperdicio, vuelva a su viejo oficio de husmeador, porque perro labrador no sigue rastros de flores.
Que digan de mí, que de mi digan, hasta que tumbado boca arriba descanse, las ofensas caen sobre mí como la lluvia sobre el escaparate, sin mojar los objetos que en mi tienda del amor se muestran.
Que digan de mí, que de mi digan, hasta que tumbado boca arriba descanse, las ofensas caen sobre mí como la lluvia sobre el escaparate, sin mojar los objetos que en mi tienda del amor se muestran.
La Fiesta.
Fui, en esta boda pagana, un forzado del mañana, invitado de algún capricho presente que al día siguiente, duerme silente borracho de palabras, embriagado de silencio, sobre alguna mesa cuando acabada ya la fiesta los cinco músicos eran ya los últimos en salir por la puerta con el compás desafinado de sus instrumentos, cuya melodía, siempre inacabada, se pierde a lo lejos. El resto de comensales vanales, hace tiempo que se fueron ,sin reparar en él,con su inenarrable discurso gastronómico, vómito oscuro tras la fiesta, menguado banquete de indiferencia, bacanal absurda para mayor gloria del dios mudo de este mundo. Cambiarle el nombre al ego para llamarle "egloria" es égloga de la discordia en un nuevo nacimiento, y sigue siendo subir y bajar de la noria, en la feria donde todo se hace en memoria de uno mismo y donde todo finalmente se arruina de olvido.
miércoles, 25 de septiembre de 2013
Avanzar.
Diciendo ya voy no se avanza, porque es el paso, que no el verbo, quien acorta la distancia que en el horizonte muestra una solitaria vela, esa en donde vuela, convertida en ala de gaviota cotidiana, el anhelo de mi alma. No hay camino seguro en tierra ni mar en calma. Levántate y anda, y un hombre infantil de egoismo, dice ya voy, y se queda dormido en la cama onírica de sus deseos.
¿Alimentarás tu a mis monos? Pregunta mi maestro y yo que siempre fui el guardián de silencios de palacio, me inclino despacio sobre su cesta. La fruta que les alimenta serás tú, y tu vida el árbol de amor de cuyas ramas cuelgan. ¿Y qué razón despierta le puedo dar a un loco dormido? Si habiendo hecho su nido en la paura irracional de los sentidos, no pone oídos a mayor misterio que el que oculta la cotidiana acción del refrigerio.
Cuando comas frutos de amor, nunca le pongas pegas a la cáscara, porque si amarga es la piel, dulce es su fruto. El bruto lame la miel de la vida que tapa la hiel que le aguarda.
Cuando comas frutos de amor, nunca le pongas pegas a la cáscara, porque si amarga es la piel, dulce es su fruto. El bruto lame la miel de la vida que tapa la hiel que le aguarda.
La Gota.
Fui, en esta boda pagana, un forzado del mañana, invitado de algún capricho presente que al día siguiente, duerme silente borracho de palabras, embriagado de silencio, sobre alguna mesa cuando acabada ya la fiesta los cinco músicos eran ya los últimos en salir por la puerta con el compás desafinado de sus instrumentos, cuya melodía, siempre inacabada, se pierde a lo lejos. El resto de comensales vanales, hace tiempo que se fueron ,sin reparar en él,con su inenarrable discurso gastronómico, vómito oscuro tras la fiesta, menguado banquete de indiferencia, bacanal absurda para mayor gloria del dios mudo de este mundo. Cambiarle el nombre al ego para llamarle "egloria" es égloga de la discordia en un nuevo nacimiento, y sigue siendo subir y bajar de la noria, en la feria donde todo se hace en memoria de uno mismo y donde todo finalmente se arruina de olvido.
sábado, 7 de septiembre de 2013
Llego Hasta tu Alma
Me suicidé de nubes atravesando cielos, persiguiendo los anhelos perfumados de tus manos. Tus besos de paloma volaron lejanos en el adiós de los pañuelos del muelle de tus cósmicos actos. Me quedé a vivir en el color de algún pájaro para ser pincel y lienzo, del arte abstracto de la vida. Tu voz fue melodía mientras llego hasta tu alma clandestino, perdido del vino de los poetas, en la letra inacaba de un poema de amor.
viernes, 6 de septiembre de 2013
La Sombra de la Luna
Dicen que tengo sombras, un lado oscuro, más inmaduro se me antoja el ojo que por ello se enoja y que procura la sombra, que siente herida su honra por tan torpe percepción, frustración de sus antojos, enojo de vanidad que busca otra realidad, para justificar la ausencia de luz que escombra su alma.
La luna nueva atesora, en mi memoria, tantas promesas de luz de plenilunio en el diluvio silente de una selene expectante de emociones, que guardo, nacar y luz en mi alma, como viejas canciones de amor. Y tú al calor de tu propio orgullo dejas el arrullo plateado de su luz y buscas al otro lado la sombra.
Si la luna tiene un lado oscuro es seguro porque dejó en él cuanto ya no necesita para brillar con una sola cara. Ella ilumina tu mirada, en la noche obscura en donde habitas mientras tú te irritas con sus manchas.
La luna está tan alta, tanto que tus brazos de hombre no la alcanzan. Tiene una viruela de huellas del pasado sobre su cara, que hace nueva en cada mirada de amantes, que contemplo anhelante, mientras duermo callado en el templo de mi muerte, acortando la distancia hasta mi amada.
La luna nueva atesora, en mi memoria, tantas promesas de luz de plenilunio en el diluvio silente de una selene expectante de emociones, que guardo, nacar y luz en mi alma, como viejas canciones de amor. Y tú al calor de tu propio orgullo dejas el arrullo plateado de su luz y buscas al otro lado la sombra.
Si la luna tiene un lado oscuro es seguro porque dejó en él cuanto ya no necesita para brillar con una sola cara. Ella ilumina tu mirada, en la noche obscura en donde habitas mientras tú te irritas con sus manchas.
La luna está tan alta, tanto que tus brazos de hombre no la alcanzan. Tiene una viruela de huellas del pasado sobre su cara, que hace nueva en cada mirada de amantes, que contemplo anhelante, mientras duermo callado en el templo de mi muerte, acortando la distancia hasta mi amada.
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