El amor es una eterna espera, un aliento que no llega para llenar los pulmones. Da razones a la vida, y vida a la razón del hombre. Y si amar un imposible es quimera, no me importa porque queda la emoción prendida con el imperdible del anhelo, trayendo el eterno consuelo que Dios puso en mi alma. Amar no tiene tiempo infinitivo, porque es tiempo infinito, un pálpito en donde habito, en este recóndito escondite de ternidad. Soy libre para amar la esclavitud del Dios que me preside, a quien persigue mi ser encendido, buscando el oculto nido, donde ingrávido resido en su silente corazón de estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario