Amé, Dios es testigo, mas no dejaré conmigo ningún rencor. Si la flor que buscaba era real pero floreció a destiempo, no fui yo, sino el tiempo quien la cubrió de espinas. Ya no es tiempo de rosas, pero siempre puedo volver a mis viejas amapolas, que ahora se han vuelto nuevas en mi ausencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario