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domingo, 1 de mayo de 2011

Nunca disfraces...

Nunca disfraces de grandilocuencia intelectual tus errores. Los argumentos nunca ocultan tus actos. La conciencia siempre juega a la inocencia, después de tirar la piedra y esconder la mano. Hay un tiempo para cada cosa, un tiempo para lanzar piedras y aún otro para recogerlas. Allá cada uno, que se entretenga en su cantera, yo navego por el mar, en cuya superficie no se pueden recoger ni recibir piedras

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