El universo de mi vida se esmalta de brevedad. Solitarias estrellas de los días se consumen en singular carnaval. Una nueva mascara cotidiana, me acompaña con sus muecas y mi verdadero rostro queda cubierto por sonrisas y lamentos, o atribulada indiferencia. Pero todo es brevedad, la soledad y el desencanto, la palabra y el silencio, todo es brevedad. Los vivos y los silentes muertos, mas hoy vi en tu mirada leve, entre dos de sus parpadeos asomarse la eternidad del amor que en Dios nos habita, y palpita en su corriente con cada latido breve que mi corazón da.
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