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jueves, 20 de junio de 2013

Te Leo Cada Mañana

Te leo cielo cada mañana, cuando nada mas amanecer abres el libro azul de tu mirada. Dejas atrás soñada noche de anhelos, en el duermevela constante de un lejano te quiero. Palabras gaviota que persiguen el barco de los sueños.

Te leo cielo, cada mañana te leo, en el suelo de mis pasos, en el tropiezo, en mis fracasos, al levantarme para curar mis heridas mirando hacia lo alto yo te leo.

En el espejo claro del estanque de mis deseos corren nubes veloces, etéreas voces del pasado, acomodados rincones de melancolía, y yo sentado en la orilla del lago miro con pupilas infantiles los añiles proyectados, de cada futuro pasado, de cada presente olvidado.

Fui soldado mi cielo, y el héroe desterrado de todas las tragedias, payaso en la comedia de la vida. El pianista ensaya inagotable sobre su piano, el poeta lo hace en el instrumento de su vida, sobre las teclas heridas, blancas de amor, negras de traición, aquellas, cielo amado, que se abrieron al costado del corazón, cuando la palabra hecha emoción se desbordó en un te amo por la fuente de sus labios. Morir no es un fracaso, es un nuevo paso que di amada mía para alejarme del ocaso.

Te leo... Siempre te leo, incluso estando ciego, te leo cielo, siempre, si siempre pudiera abarcar lo eterno, y saciar el hambre de mi hombre, la carga sobre mis hombros, te leía antes, ahora lo entiendo, te leo pues entonces...
Enviado desde mi BlackBerry® de Fundación Dharma

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