A boca de noche cometí el derroche de pagar al barquero, con mi último aliento, dos monedas para que trajera vivo tu recuerdo muerto. La distancia se hizo hechizo de los días, perdiendo la esperanza de que alguna luna lejana, me trajera tus noticias. Y menguante nacarada, harto de no encontrar nada, a boca de noche y a boca jarro, rompí el tarro de mi cabeza, dejando correr la amarga cerveza de todos las lunas pérdidas sin ti.
Enviado desde mi smartphone BlackBerry 10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario