Es pronto para entender y tarde para aprender porque siempre fue tan fugaz el cariño y tan locuaz el olvido. Pero Dios siempre tuvo algún motivo oculto para todos y cada uno de tus actos. Nuevamente vuelo, sobre alas de acero, a otra ciudad. Encontraré descanso otra vez en la soledad de un aeropuerto. El destierro es un sastre de hierro que forjó mi corazón
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