La verdad ha muerto, aunque en verdad es que nació herida de mentira en un desierto de conceptos. Palabras huecas, pinceladas abstractas de lienzos del ego, donde toda forma se deforma y desfigura con soltura, disfrazada de preceptos. Plañideras vierten lágrimas fingidas, por heridas de alimañas que devoran el mañana en cada esquina. Disfrazados de rutina falaces mendaces roban sin tardanza la vida. Pero detrás del desierto se esconde el puerto de la esperanza, atravesando arenas de espejismo he llegado al punto cardinal, norte de mí mismo y allí, alejado del abismo de deseos, subo por fin a la nave y alcanzando su puente suelto amarras. El barco de vapor se mueve con carbón del corazón mientras que levanto el ancla del pasado y con pasión grito a la sala de calderas, ¡" a toda ánima"! ¡muévase la máquina del tiempo y que mi rumbo enamorado me lleve al otro lado de un océano de amor!.
Enviado desde mi BlackBerry® de Fundación Dharma
No hay comentarios:
Publicar un comentario