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lunes, 8 de abril de 2013

Morir Viejo

Moriré viejo, si me alejo lo suficiente en el océano de los días, pero hasta entonces viviré joven, escuchando melodías que el alma compone teniendo a Dios en su norte. No haré mayor aporte a la vejez que las arrugas de mi frente, que soporte otro hombre derrotado la letanía de los años pasados. Soy soldado luego nací para la muerte, pero es tan grande mi suerte que siendo enamorado de un sueño, prendido de un anhelo, vivo ya mirando el cielo y no me importa la locura cotidiana de los días aburridos y las noches inconscientes. Moriré de viejo, sí, es cosa segura, pero esa será altura que salte sólo en el último instante, para que el joven arrogante que me habita, pueda pagar el peaje que mi alma necesita para continuar con su viaje. Dejaré entonces mi viejo traje para vestir nuevas ilusiones, sin necesitar de otras razones mas que amar y seguir el camino de emociones que marcan las estrellas.
Enviado desde mi BlackBerry® de Fundación Dharma

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