Que dulce resulta esta feliz indiferencia en donde mi alma habita. Mi corazón ya no se agita cuando le insulta la razón del ego prisionera de sus miedos. Dejé de ser huella para ser sendero, y es este mi anhelo tan grande que cabe en él, el universo, pues no es este último sino sendero a su vez. Ya no hay doblez en mi persona y quien a esta dulce indiferencia se asoma, perdona cualquier ofensa, porque pronto quedan como lejanas huellas en el sendero infinito de mi alma. ¡Que extraña dulzura la de esta indiferencia que me calma! cuando descubro que el mañana es una gran senda llena de esperanzas.
sábado, 31 de marzo de 2012
domingo, 25 de marzo de 2012
La Razón y El Corazón
Piensa el corazón en sonido cadente de emociones, late la razón con sentimientos carentes de ilusiones. Es mi corazón quien piensa pues sólo busca el amor. Es mi cerebro quien late en el dislate de sentidos empujado por la mente. Arritmia de deseos en que fibrila la conciencia. Mi corazón, en cambio, sólo piensa, en querer, por quererte tanto, que te olvida en la cadencia de los días y te añora con vehemencia en la carencia de sus noches. No hago reproches a la vida, pues si profunda fue la herida, más grande es el consuelo del anhelo que en mi alma habita. Ya no dormita la razón en sus laberintos, ahora pienso con el corazón, desde el corazón de Dios mismo.
viernes, 23 de marzo de 2012
El Fenicio
Contando, contando con la gente de veras, verás que ser contable de esperanzas es singular oficio de fenicio de tristezas, a quien nunca le cuadran las cuentas. Sumo y presumo que otra emoción recién nacida se añade al balance, pero no existe hombre a quien no alcance el desencanto. Ya que si pones presto la verdad a disposición del corazón del hombre, este no lo lleva al reloj del tictac de los días, sin antes pasarlo por el martillo del cerebro y masticarlo con los dientes del ego. Otra vez te digo hasta luego porque la elipse de tus días ya declina en el eclipse de tu muerte, y es triste suerte la tuya, porque habiéndote dado el amor tantas razones para entonar un aleluya, tú solo con tu orgullo de grulla, sostenida en la única pata de la vanidad, no alcanzarás caridad en el postrer momento, ni te será tiempo entonces para arrepentimientos, ya que entonarás el réquiem por alguien muerto en soledad. Tú legado al mundo será una lápida con tu nombre. Antes de insultar a las montañas, asegúrate bien de salir antes del abismo, barranco profundo donde anida tu egoísmo.
martes, 20 de marzo de 2012
Vapor
El amor fingido es como el vapor que se produce en una olla a presión, termina por explotar y te abrasa. Se cuece con mentiras y gira en la pesa loca de la cabeza. Quién desearía cocerse en la locura del ego cuando puede subirse a una nube, donde el vapor no quema y el viento de la verdad te mece... Por mucho que sople tu pesa tratando de quemarme, nunca alcanzará el cielo en donde habito.
martes, 13 de marzo de 2012
La Colisión
Sufrí la colisión del tiempo contra mi alma y de los fragmentos del choque se crearon mis días, y de mi perplejidad surgieron las noches. Luego tratando de reunir los pedazos para pegarlos con filosofía, fui atropellado por el amor y sus reproches. El disolvente de su irracionalidad no me dejó recomponer la forma original. Presa del desconsuelo fui a donde mi maestro y este riendo me dijo: "Hijo mio, el amor te hizo un gran favor. Lo que se recompone queda lleno de grietas ocultas, cicatrices que deslucen el original, que no estaban en tu ser". Qué hacer entonces le pregunté, ..."Yo te lo diré, no permitas que te reconstruyan con filosofía pegajosa, deja que el amor te haga nuevo directamente, tal y como el rosal hace con las rosas".
El Perro y la Luna.
El desencanto habita siempre en el corazón que palpita con latidos de rencor. Si piensas que es error amar aun lo es más insultar a la verdad tiñéndola de rencores inventados, para sostener la vanidad del pasado, en su trono de arrogancia, usando al ego de abogado. No hay peor nostalgia que la de aquello que nunca se vivió, y si quiso la distancia diluir con su fragancia de los días venideros, el recuerdo pasajero de los primeros momentos vividos; no actuará así el oído, y jamás olvidaré tus dulces palabras. Me ladras como un perro a la luna, locura canina que se contagia, siempre hay otro perro al lado, presto para hacer de coro, pero yo no puedo perder por ello mi decoro, porque no soy luz de luna sino titilar de estrella, y dejo mi huella lejana de guiños de mañana sobre otro cielo. El perro malgasta el día durmiendo y la noche aullando. Pero de la luna no caen huesos, no tendrá recompensa, y por eso, finalmente al amanecer se aparea, entonces, para llenar la despensa, con el que tiene al lado, pariendo nuevos canes locos, que con terremotos de ladrido, tratarán de seguir mañana, el derribo de la luna. Tomando fragmentos inconexos de parcialidad, construye el hombre su ariete de nuevos pretextos para odiar, frente al amor que es un todo. Mientras tanto los perros ladran y ladran, afónicos de noche, sin parar entre las callejuelas de la ciudad del odio, hasta quedar borrachos de silencio. Si nada cae de la luna, entonces se consuelan felices viéndola menguar, pensando que, tal vez por azar, con sus espumosas palabras, la consiguieron desplazar de su lugar en el firmamento. Pero la luna jamás huye ni se esconde, y es la torpe visión licántropa del hombre quien la percibe como tal, porque Selene no es mujer de nueva ni vieja belleza, porque la luna, la luna como mi alma, siempre está llena, aunque tú no la veas desde el planeta egoísta y solitario en donde habitas.
Cada Palabra
Disfruto de cada palabra, de cada canción, no renuncio a la emoción que blanco sobre negro, pone nombre propio a los recuerdos que atesora mi alma. No guardo rencor, porque se destiñó con el color de mi último estandarte. Mi corazón es mi baluarte y si amarga fue la vida, dulce es la muerte siempre en mi partida. No hay herida más gloriosa que la del amor, y hoy en mi ocaso de guerrero, mis cicatrices me traen un mundo nuevo porque todas fueron hechas en su nombre. Nadie me robará jamás este corazón de hombre ni esta alma de soldado, ni el espíritu enamorado que mueve y obliga sus latidos. Ni puedo tener a mi lado a quien trate de robarme, no mis posesiones, nada tengo, sino los lírios del jardín de mi poesía, ese bosque de árboles de palabras, de frutos de cristal de "bohemia" , bajo cuya sombra escribo. ¿Cómo decirle adiós al olvido?, si ya olvidando recuerdo lo que he sido. Olvidando que fui tiempo recuerdo el otrora eterno aliento de mi alma. ¡Que feliz tesoro! encierra la taberna poética donde me embriago de emociones. No precisa de alagos este vino, que vino a calmar mi sed, en el destierro, porque nadie lo puede catar, ya que sólo este paladar disfruta la cosecha de mi paso por la tierra.
Disfruto de cada palabra, de cada poema, canción, novela, cuento o teatro y esta letra de emoción, con sangre no entra aunque siento que me desangro en ella. ¿A quién ofende el poeta? ¿Por qué tanto clamor?. Yo sólo tengo el calor de las llamas de mi ser que comenzaron a arder sobre la hojarasca del tiempo, hoguera de planetas, humo de firmamentos que se lleva el viento cósmico. Pero la vulgaridad nunca fue abrigo mas que para el cuerpo y el frío ya cala tus huesos de nuevo.El amor es río y yo me río en mi delirio de escritor, porque teniendo un corazón de dedal quiso Dios por su capricho, que todo ese torrente y sus riberas, cupiera en él, y fuera nicho eterno para su corriente. Reposa en palabras silentes que sobre mi mente duermen y como lotos hunden sus raíces desde mi blanca frente hasta el oculto torrente de mi corazón. Nunca hablaré de ti, ante Dios te lo prometo, porque siempre hablaba de Él, autor de emociones, escritor supremo de mi personaje. No soy escritor, tan solo me leo. ¿Aún no lo entiendes?. Soy lector del amor que encierro. La poesía una vez escrita es siempre un plagio que comete la mente sobre la obra que se encierra dentro del corazón. El universo es la gran biblioteca de Dios.
domingo, 4 de marzo de 2012
Libélulas de Plomo.
No se concibió el cielo para que lo pudieran volar, libélulas con alas de plomo. Ocupadas en el propio decoro de su forma única. Tan celosas de su propia intimidad, para así poder ocultar su egoísmo. Nunca ganaron batallas soldados fundidos con ese metal, por mucho que les pinten uniformes coloridos y estandartes. Cuando suena la corneta tocando avanzar, sólo los héroes verdaderos se mueven, los otros quedan atrás perdidos en sus pinceles. El plomo será fundido y usado como balas para los valientes. El guerrero caerá en la pelea, pero obtendrá un corazón adolescente de libélula con alas pigmentadas de amor y verdad que le dejaran volar, al fin, un cielo verdadero, en la nueva primavera de los tiempos que está por llegar.
El Amor y el Espejo.
Te amo en el espejo donde cada caricia tuya fue tan sólo un reflejo. Te grito al otro lado del escaparate de mis sueños mirando hacia el interior de tu tienda de recuerdos. Los sentidos golpean el cristal y como dos prisioneros ponemos nuestras manos en el, tu desde la perplejidad de tu mundo y yo desde la cárcel de mi tiempo. Entre susurros del pasado, dibujo usando el aliento del tiempo sobre el cristal, tu nombre. Y mis labios dicen te quiero muy despacio, para que atravesando el espacio, al otro lado del cosmos del espejo, puedas leerlos.
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