Emprendí el gran viaje de regreso. Entré en este mundo por anhelo y no encontré mayor consuelo que la renuncia. ¿Que felicidad real existe?, hoy el maestro me dio la respuesta, la que tu propio ser atesora, no pierdas ni una hora, ni un minuto. No se crece como árbol para morir bonsai. Deja que el olmo hunda sus raíces en tu espíritu y siga dando frutos de sabiduría con los que alimentar a los hombres.
Krishnadas Acarya
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