Prefiero mirar con la boca, antes que comer con los ojos. Porque sólo los labios revelan, aquello que los antojos de una mirada esconde. Los besos son geografía, de un amor, que pierde al hombre. El corazón un atlas donde todo mapa de caricias se recoge, y del que no se pueden arrancar las páginas. El alma la biblioteca, donde ahora me hallo, que contiene los que dibujó, Tu mirada de soslayo, en la eternidad, con la orografía del anhelo de Tu nombre. Porque todos los mapas, del cielo de mis emociones, lo tomaron, como brújula de su norte, en la constelación de su propio sueño.
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