Sobre un papel en blanco escribí tu nombre, y el niño que vive en mi, hizo con él un barco que puso luego sobre la mar. El barco se hizo gaviota y tu nombre comenzó a volar lejos de mi hombre, camino a la eternidad. Quedó el niño llorando por su barco, y el hombre sobre la playa observa desde entonces las gaviotas, bandadas de barcos de papel de amor, que todas las almas de los poetas dejaron escondiendo tus miles de nombres sobre la mar.
lunes, 30 de diciembre de 2013
jueves, 19 de diciembre de 2013
Espera.
El amor es una eterna espera, un aliento que no llega para llenar los pulmones. Da razones a la vida, y vida a la razón del hombre. Y si amar un imposible es quimera, no me importa porque queda la emoción prendida con el imperdible del anhelo, trayendo el eterno consuelo que Dios puso en mi alma. Amar no tiene tiempo infinitivo, porque es tiempo infinito, un pálpito en donde habito, en este recóndito escondite de ternidad. Soy libre para amar la esclavitud del Dios que me preside, a quien persigue mi ser encendido, buscando el oculto nido, donde ingrávido resido en su silente corazón de estrellas.
Personajes
Personajes escondidos que anidan en abrigos deambulan sin sentido por la calle. Escaparates de ofertas disparate, asaltan la mente, y en la frente arde costumbrista la fiebre sensorial, estacional, otra vez es Navidad; y de nuevo camino en soledad por las aceras de mi vida, luchando y sin cerrar la herida que se abrió en el corazón. La razón es prisionera de la espera de un mañana que no llega y rehén del ayer que se diluye en la acuarela del tiempo. El aliento se recorta en la calle del comercio, es la vida que se acorta en cada respiración mientras se pone atención viendo que se compra, mientras todos ya se venden. Ilusión sobre ilusión, un clavo de mago que saca otro clavo para esconder la muerte. No maldigo mi suerte pues es fortuna, ya que si oportuna me ofrece un amor que no se compra, soy yo alma que no se vende. Y sí, es nuevamente Navidad.
viernes, 6 de diciembre de 2013
Pasado.
Por fin habló aquél que tenéis delante de vosotros, y cayendo de mundos ignotos, vino a vivir el alboroto de los hombres. Tiene el pasado vivo aunque no puede vivir de el y presente siempre a la muerte aunque no puede morir de ella. Vino buscando las huellas que dejó su maestro, lo hizo siguiendo la estrella titilante de un amor que fue su norte. Dejó en el sur todos los reinos para gobernar sus emociones, buscó por los rincones del universo, entre el polvo de los cometas, aquellas frágiles siluetas que se recortaron en sus pupilas sobre un lejano horizonte de los días. Vino para saber del hombre en su fragilidad, para gobernar la debilidad que su forma encierra, para probar el nectar de amor inmortal que su corazón esconde. No hace falte que llames, él ya te responde, porque conoce las respuestas, solo quien carga a cuestas con una pena que no le corresponde, puede entender al hombre cuando se queja.
martes, 3 de diciembre de 2013
Un Par de Canciones
Sólo te escribí un par de canciones, y en mi corazón hecho jirones se quedó a vivir por sus rincones tu imagen en su nido de emociones, en la cara oculta de mi soledad, allí donde ahonda la orfandad de todos los sueños perdidos. Jugué con mi anhelo de poeta y tocando entre las teclas de mi piano, planetas excéntricos, perdí mi propio centro que volaba impregnando las notas con su perfume. Lo imposible se resume en el verbo amar, y en una suma de intangible duplicidad, la misma que esquiva agacha su mirada para esconder su culpabilidad. De vuelta en mi vieja taberna me siento frente al piano, y cuando levanto de nuevo su tapa, se desatan en vuelo presuroso, bandadas de palomas negras y blancas, que se escapan por las ventanas tras haberse alimentado con las migas de mi tiempo.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Y sí, podemos
Y sí que podemos hacer algo, vivir con intensidad los sueños sin dejar que mediocres cotidianos nos tiñan el alma con el frío hielo de su vulgaridad. Vamos a crear, porque creando se nace de nuevo en cada plano, en cada paso sobre el escenario, en cada verso del poeta. Amigo soñemos, brindemos con el cáliz embriagador de los locos, de aquellos que se lanzaron a la carga gritando, ¡Adelante!, ¡Todo por un sueño!
El hombre desnudo
Algún día caminaré como un simple hombre desnudo, y mudo de sermones vagaré por los rincones apacibles de mi alma. Todo será calma, como aquella extraña ligereza que se alcanza al soltarse la coraza tras la batalla. El aire grita libertad en mis pulmones, y perros traidores que ladran a la luna quedan afónicos de oscuridad, agónicos de estrellas. Volveré hacia atrás sobre Tus huellas buscando mi libertad. Algún día caminaré como un simple hombre desnudo, desatando el nudo inefable de los días, cruzaré puentes de calendario sobre el río de la vida. Una lejana playa me llama, con el rumoroso arrullo de espuma blanca, me invita a dormir sobre la arena. En el horizonte se perdió la vela negra del barco de mis recuerdos, soy naúfrago de universos converso de amores mundanos, siempre enamorado de lo eterno.
miércoles, 30 de octubre de 2013
Algún día pasaré...
Algún día pasaré fugaz como el aromático perfume del jazmín, y transportado por el viento de la eternidad, saldré del jardín de soledad de los días, para labrar el huerto fecundo de mis actos. El tacto aterciopelado de tus manos tocará por fin mi frente y se hará entonces ausente la nostalgia, regresando del ayer de añoranzas para habitar esperanza de futuro. Si salté el muro, si atravesé las murallas fue para alcanzar la nave que lisonjera te alejaba de la playa de mi amor. Barco de temor donde mi dolor navega. He cortado a dentelladas la soga, he regado con mi sangre la cubierta, impulsado las velas con mi aliento, y atento a la cautelosa guía de las estrellas, alcancé por fin el puerto donde tú silente y viva te escondías, al otro lado de mi muerte.
sábado, 26 de octubre de 2013
Si Fui...
Si fui tristeza no fue, alma hoy lo sé, por ganar o perder. Fue por no saber que hacer con el tesoro preñado de amanecer que encerraba el cofre oscuro y lóbrego de mis noches. Los días pasados son soldados caídos en la batalla del tiempo, donde siempre a destiempo cargué contra el enemigo oculto en mis recuerdos.
Si fui alegría mañana por fin sabré, cuando caiga rota la envoltura de mi alma, si alcanzo por fin la calma que se adivina detrás de las pupilas divinas con las que Dios se asomó en cada una de tus azules miradas. Hoy no fui ni seré ningún mañana, soy el presente que llama al hombre desde todos los rincones del tiempo.
Si fui alegría mañana por fin sabré, cuando caiga rota la envoltura de mi alma, si alcanzo por fin la calma que se adivina detrás de las pupilas divinas con las que Dios se asomó en cada una de tus azules miradas. Hoy no fui ni seré ningún mañana, soy el presente que llama al hombre desde todos los rincones del tiempo.
lunes, 7 de octubre de 2013
Y Llegó la Aurora.
Y llegó la aurora, como siempre poblada con borrachos de última hora, embriagados de vino de ayer con miel de esperanza, "alcobohemia" del eterno mañana. Caminan con rutinaria desgana entre la miseria cotidiana del nuevo día. Resuenan en sus cabezas golpes de cristral, coral de espuma blanca de cerveza amarga, con la que la cordura brinda ancestral, dejando fuera de la fiesta a la locura de amar. Y ese paso cansado preñado de tos en pos de un sueño es todo cuanto poseen. Si salen o vuelven no lo sé, parece que hubieran estado allí siempre, habitando el crepuscular, minúsculo y difuminado mundo de tenues luces que separa la vigilia del sueño. Caminan como sombras espectrales, raídos personajes en busca de un autor, huérfanos de dueño; ofrenda de juventud abierta a un dios canalla quién les despierta de su siesta de olvido susurrándoles al oido promesas inagotables de un escaparate, moscas alocadas que rebotan contra el cristal sin llegar a posarse sobre ningún pastel.
Solo se Vive una Vez.
Se abrió la puerta y un cuchillo de luz desafilado de ocres partió mi vida en el ocaso. Sin hacer el menor caso al amor crucé el umbral pensando, "total solo se vive una vez". Y yo rehén de la inmadurez encuentro desde entonces un millón de muertes cotidianas. Tan poca vida para tanta muerte es la sutil herida por donde se desangra mi suerte. No me mata el hambre, me mata el hombre famélico de anhelos, desnutrido de emociones. Desleida en agua de razones pinta paisajes mi alma, lugares imposibles, mundos de acuarela, donde todo manjar vuela diluido con la lluvia del tiempo. Panes de bodegón alimentan fantasías, naturaleza muerta, pintura desierta de sabores, el cuervo loco de mis deseos se desespera con uvas de óleo. Poco a poco me acerco a la puerta, aquella que dejé a mi espalda, la misma que Dios mantuvo abierta para mi alma, porque es cierto que solo se vive una vez, ahora lo sé y esa vez es para siempre.
jueves, 26 de septiembre de 2013
Un día desbocado.
Y sí, hoy fue un día desbocado de emociones, donde rompe el alma sus cadenas y por un momento vuela entre dos atmósferas, la una huele a tierra mojada, a Dios tras la lluvia, y es un evocador aleluya cuando grito libertad, la otra es la cotidiana soledad que me acompaña. Se filtra por las goteras que el tiempo le hizo a mi corazón y si alguien alguna vez os dice que no os amé, decidle que sí con premura, que siempre guardó toda ternura mi alma en los bolsillos escondidos detrás de la armadura, que cada abolladura que sufrió en la batalla era un grito que llevó tu nombre. Que sembré nuevo trigo entre los hombres regándolo con tu nombre. Que a nadie le asombre, pues muerto aquí de humanidad, respiro nueva libertad tras los ojos negros y profundos de universo, donde pupilares estrellas me hacen guiños de complicidad.
Déjales decir.
Que digan de mí, si por decir diciendo aquellos que sin saber quién soy encuentran consuelo en mis defectos. Que digan pues, que yo vivo en el silencio ignoto de mis actos, que provocan terremotos sobre conciencias de idiotas. Que digan y vuelvan a decir, maldiciones torpes de traidores, amigos fingidos desleidos por el interés de sus menguadas notas en el cuaderno de la envidía. Para el arrogante toda mano tendida es un puño con el que acuña la triste moneda de su soledad. Grandilocuente intelectualidad para tan grande desperdicio, vuelva a su viejo oficio de husmeador, porque perro labrador no sigue rastros de flores.
Que digan de mí, que de mi digan, hasta que tumbado boca arriba descanse, las ofensas caen sobre mí como la lluvia sobre el escaparate, sin mojar los objetos que en mi tienda del amor se muestran.
Que digan de mí, que de mi digan, hasta que tumbado boca arriba descanse, las ofensas caen sobre mí como la lluvia sobre el escaparate, sin mojar los objetos que en mi tienda del amor se muestran.
La Fiesta.
Fui, en esta boda pagana, un forzado del mañana, invitado de algún capricho presente que al día siguiente, duerme silente borracho de palabras, embriagado de silencio, sobre alguna mesa cuando acabada ya la fiesta los cinco músicos eran ya los últimos en salir por la puerta con el compás desafinado de sus instrumentos, cuya melodía, siempre inacabada, se pierde a lo lejos. El resto de comensales vanales, hace tiempo que se fueron ,sin reparar en él,con su inenarrable discurso gastronómico, vómito oscuro tras la fiesta, menguado banquete de indiferencia, bacanal absurda para mayor gloria del dios mudo de este mundo. Cambiarle el nombre al ego para llamarle "egloria" es égloga de la discordia en un nuevo nacimiento, y sigue siendo subir y bajar de la noria, en la feria donde todo se hace en memoria de uno mismo y donde todo finalmente se arruina de olvido.
miércoles, 25 de septiembre de 2013
Avanzar.
Diciendo ya voy no se avanza, porque es el paso, que no el verbo, quien acorta la distancia que en el horizonte muestra una solitaria vela, esa en donde vuela, convertida en ala de gaviota cotidiana, el anhelo de mi alma. No hay camino seguro en tierra ni mar en calma. Levántate y anda, y un hombre infantil de egoismo, dice ya voy, y se queda dormido en la cama onírica de sus deseos.
¿Alimentarás tu a mis monos? Pregunta mi maestro y yo que siempre fui el guardián de silencios de palacio, me inclino despacio sobre su cesta. La fruta que les alimenta serás tú, y tu vida el árbol de amor de cuyas ramas cuelgan. ¿Y qué razón despierta le puedo dar a un loco dormido? Si habiendo hecho su nido en la paura irracional de los sentidos, no pone oídos a mayor misterio que el que oculta la cotidiana acción del refrigerio.
Cuando comas frutos de amor, nunca le pongas pegas a la cáscara, porque si amarga es la piel, dulce es su fruto. El bruto lame la miel de la vida que tapa la hiel que le aguarda.
Cuando comas frutos de amor, nunca le pongas pegas a la cáscara, porque si amarga es la piel, dulce es su fruto. El bruto lame la miel de la vida que tapa la hiel que le aguarda.
La Gota.
Fui, en esta boda pagana, un forzado del mañana, invitado de algún capricho presente que al día siguiente, duerme silente borracho de palabras, embriagado de silencio, sobre alguna mesa cuando acabada ya la fiesta los cinco músicos eran ya los últimos en salir por la puerta con el compás desafinado de sus instrumentos, cuya melodía, siempre inacabada, se pierde a lo lejos. El resto de comensales vanales, hace tiempo que se fueron ,sin reparar en él,con su inenarrable discurso gastronómico, vómito oscuro tras la fiesta, menguado banquete de indiferencia, bacanal absurda para mayor gloria del dios mudo de este mundo. Cambiarle el nombre al ego para llamarle "egloria" es égloga de la discordia en un nuevo nacimiento, y sigue siendo subir y bajar de la noria, en la feria donde todo se hace en memoria de uno mismo y donde todo finalmente se arruina de olvido.
sábado, 7 de septiembre de 2013
Llego Hasta tu Alma
Me suicidé de nubes atravesando cielos, persiguiendo los anhelos perfumados de tus manos. Tus besos de paloma volaron lejanos en el adiós de los pañuelos del muelle de tus cósmicos actos. Me quedé a vivir en el color de algún pájaro para ser pincel y lienzo, del arte abstracto de la vida. Tu voz fue melodía mientras llego hasta tu alma clandestino, perdido del vino de los poetas, en la letra inacaba de un poema de amor.
viernes, 6 de septiembre de 2013
La Sombra de la Luna
Dicen que tengo sombras, un lado oscuro, más inmaduro se me antoja el ojo que por ello se enoja y que procura la sombra, que siente herida su honra por tan torpe percepción, frustración de sus antojos, enojo de vanidad que busca otra realidad, para justificar la ausencia de luz que escombra su alma.
La luna nueva atesora, en mi memoria, tantas promesas de luz de plenilunio en el diluvio silente de una selene expectante de emociones, que guardo, nacar y luz en mi alma, como viejas canciones de amor. Y tú al calor de tu propio orgullo dejas el arrullo plateado de su luz y buscas al otro lado la sombra.
Si la luna tiene un lado oscuro es seguro porque dejó en él cuanto ya no necesita para brillar con una sola cara. Ella ilumina tu mirada, en la noche obscura en donde habitas mientras tú te irritas con sus manchas.
La luna está tan alta, tanto que tus brazos de hombre no la alcanzan. Tiene una viruela de huellas del pasado sobre su cara, que hace nueva en cada mirada de amantes, que contemplo anhelante, mientras duermo callado en el templo de mi muerte, acortando la distancia hasta mi amada.
La luna nueva atesora, en mi memoria, tantas promesas de luz de plenilunio en el diluvio silente de una selene expectante de emociones, que guardo, nacar y luz en mi alma, como viejas canciones de amor. Y tú al calor de tu propio orgullo dejas el arrullo plateado de su luz y buscas al otro lado la sombra.
Si la luna tiene un lado oscuro es seguro porque dejó en él cuanto ya no necesita para brillar con una sola cara. Ella ilumina tu mirada, en la noche obscura en donde habitas mientras tú te irritas con sus manchas.
La luna está tan alta, tanto que tus brazos de hombre no la alcanzan. Tiene una viruela de huellas del pasado sobre su cara, que hace nueva en cada mirada de amantes, que contemplo anhelante, mientras duermo callado en el templo de mi muerte, acortando la distancia hasta mi amada.
sábado, 31 de agosto de 2013
El Vivir Escaso.
Yo sé que vivir es escaso y que haciendo corto el paso no se alarga este camino. De cuantos fueron mis amigos quedan lejanos rumores sobre el batir oceánico de mis recuerdos. Todo parece tan lejos, los reflejos de tantas lunas, que mecían en su cuna de estrellas mis sueños pupilares. Naufragué en todos los mares de amores, y si breve fue la nave, eterna es la tormenta de emociones cuyo viento aun me sustenta empujado la vela de mi alma. Para qué quiero un mar en calma, si puedo enfrentar las olas de tus brazos, si rompiendo el hombre por fin sus lazos, hace del camino escaso de la vida, fracaso de la muerte por conquistarle.
martes, 27 de agosto de 2013
La Vieja Carreta.
El camino se hace largo y mi vieja carreta llena de riquezas de barro se balancea de uno al otro lado, con parsimonia, haciendo sonar en mi memoria cacerolas del pasado cuando las ruedas se hunden en los baches sucesivos de mi tiempo. Siento seca la garganta y los caballos de soslayo me miran pidiéndome un descanso, Sentido y Sentimiento al contemplar el ocaso aceleran anhelantes el paso, quieren ya nuevos pastos de los días que alimentan su eternidad rumiante de sueños. Ambos cargan en sus grupas con todos mis fracasos, aunque mi alma de arriero de emociones, ahora por fin comprenda que el éxito era el camino. Ya no hay destino que me mueva, y transito clandestino por secretos caminos de amor, donde bandidos de ilusión, asaltantes de razones, no se esconden. Que insulten a mi hombre, ¡Qué me importa! Traigo el alma rota en dos mitades, una es la que te amé y la otra lo que aún me queda por amarte.
sábado, 24 de agosto de 2013
Lluvia : Llueve sobre las viejas tejas de la torre del ayer en donde habitas. El sonido monótono de una gota golpea el pequeño charco de la inconsciencia. Oculto a toda razón la falsa presunción diluye su maquillaje con el agua del tiempo. Tiras el pasaje y maldices al tren, las acciones son peaje que pagas en el camino. Eres víctima de tu propio destino en soledad. Aunque invente una nueva realidad el hombre es un eterno ayer perdido en el amanecer de cada nuevo universo.
jueves, 4 de julio de 2013
El Viejo Reloj
Hay un viejo reloj parado, varado en el costado de la estancia donde habita mi alma. Su péndulo en calma centenario me señala un calendario amarillento de distancia. Carillón mudo, jamás encontró el modo en que rompiendo el nudo en mi garganta, tañer de nuevo un lejano te quiero en la campana de tus labios. La vida vuela con sus alas de los días, melodía torpe, siempre le falta en su norte a mi mañana una última nota, y perdido en la derrota de la muerte, vuelvo a la victoria de la vida para seguir componiendo mi sinfonía inacabada.
Anoche por vez primera en mis sueños, otro que no eras tú, se hizo dueño de ellos. Me visitó al fin un extraño relojero, traía como herramienta el mundo entero guardado en su caja de universos. Dio cuerda a mi reloj y viejos planetas cobraron nuevo movimiento, campanadas a lo lejos, carillones de recuerdos repicaron un te amo, y campanitas de estrellas titilitan desde entonces, marcándome cuarto a cuarto todo el amor que palpita en cada uno de mis átomos.
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Anoche por vez primera en mis sueños, otro que no eras tú, se hizo dueño de ellos. Me visitó al fin un extraño relojero, traía como herramienta el mundo entero guardado en su caja de universos. Dio cuerda a mi reloj y viejos planetas cobraron nuevo movimiento, campanadas a lo lejos, carillones de recuerdos repicaron un te amo, y campanitas de estrellas titilitan desde entonces, marcándome cuarto a cuarto todo el amor que palpita en cada uno de mis átomos.
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martes, 2 de julio de 2013
El Poeta
El poeta no nace para ser barro, nació para romper el tarro de emociones en el que su alma habita, para ser uno con el espacio y que el universo, marmita repleta de estrellas que le contiene, tomado de improviso por un verso, le deje romper el sello de todos sus secretos, y le pague su salario de sueños.
Las emoción es piedra de alumbre, que perfuma entre las canas de su cumbre un mundo mágico de quiméricos imposibles que hacen posible el latido de su corazón. Él, dio gracias a la vida por abrirle una herida de amor, que cicatriza en poemas, ungido con ungüento insomne de la noche donde su alma asegura, su tránsito desde la locura de amor hacia la inmortalidad. Quien no se emociona no tiene vida. La realidad se esconde siempre esquiva, por detrás de la mirada.
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Las emoción es piedra de alumbre, que perfuma entre las canas de su cumbre un mundo mágico de quiméricos imposibles que hacen posible el latido de su corazón. Él, dio gracias a la vida por abrirle una herida de amor, que cicatriza en poemas, ungido con ungüento insomne de la noche donde su alma asegura, su tránsito desde la locura de amor hacia la inmortalidad. Quien no se emociona no tiene vida. La realidad se esconde siempre esquiva, por detrás de la mirada.
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jueves, 27 de junio de 2013
El Amor es una Herida
Hoy al agitar las ramas del viejo álamo de nuestro jardín tras la tormenta, la lluvia de de tus recuerdos calló nuevamente sobre mí.
El amor es una herida profunda y oscura como la piel del universo, como la faz de Dios que con sus ojos de estrella me mira. Se olvida el tiempo perdido y cuando vuelve el pulso al dormido corazón, suspira en cada latido, en un nuevo sin sentido de separación.
El amor es un viejo dolor como el reuma del anciano, siempre le duele de fondo al hombre que se agita en mi razón cuando alarga su mano hacia la vida. Las horas de mi reloj me dicen que el tiempo no pasó, porque al cronómetro de mi amor le falta siempre una manecilla, y no le pasan los minutos aunque me marque distintas horas de la vida.
Mis lágrimas son olas de nostalgia sobre la playa de mis ojos cuando contemplo el ocaso de tus recuerdos. Pero hoy, tras la última tormenta del hastío, el amor nos volvió, por fin, dos marineros con brújula y con puerto, no importa que la gente diga, al ver las lápidas junto al viejo huerto de nuestro abandonado jardín, que estamos muertos...
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El amor es una herida profunda y oscura como la piel del universo, como la faz de Dios que con sus ojos de estrella me mira. Se olvida el tiempo perdido y cuando vuelve el pulso al dormido corazón, suspira en cada latido, en un nuevo sin sentido de separación.
El amor es un viejo dolor como el reuma del anciano, siempre le duele de fondo al hombre que se agita en mi razón cuando alarga su mano hacia la vida. Las horas de mi reloj me dicen que el tiempo no pasó, porque al cronómetro de mi amor le falta siempre una manecilla, y no le pasan los minutos aunque me marque distintas horas de la vida.
Mis lágrimas son olas de nostalgia sobre la playa de mis ojos cuando contemplo el ocaso de tus recuerdos. Pero hoy, tras la última tormenta del hastío, el amor nos volvió, por fin, dos marineros con brújula y con puerto, no importa que la gente diga, al ver las lápidas junto al viejo huerto de nuestro abandonado jardín, que estamos muertos...
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domingo, 23 de junio de 2013
Fue San Juan
Fue nuestro amor como una noche de San Juan, la más corta, y al saltar sobre la hoguera quemé mi libertad en la profunda oscuridad de tus ojos primavera, entrando yo en el otoño de mi alma. Desde entonces amanece con mas calma y al pasar luego presuroso el día, para ser lenta la agonía de la noche, quedo prisionero en los broches de estrellas que prenden esperanzas en el aroma a olvido de la fragancia nocturna de mi corazón.
No le doy mas razón a la locura pues ya soy razonablemente loco, en la cordura del poeta, atadura de sueños en el puerto donde convergen todos mis naúfragos anhelos. Chispas diminutas de un te quiero ascienden presurosas esta noche, llenando los cielos con efímeros destellos de un amor. Y es la melodía de una flauta que se esconde en el bosque quien me llama, me anima a cruzar la frontera de lejanos universos, de galaxias ignotas que viven remotas agrupadas en el sueño inefable del alma humana.
Esta noche como aquella no debiera tener un mañana, y arropados en suspiros permanecer silente en el silencio de tus manos. Aquella noche pasó, en esta pasaron ya mis años, no habrá otro amanecer para mí, y el guerrero antaño que fui vino una vez más hasta ti para decirte que te amo. Luego me callo y el poeta desfallece en su fiebre de estrofa y rompiendo la crisálida de versos, surge un hombre nuevo junto a las cenizas de mi última hoguera de San Juan.
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No le doy mas razón a la locura pues ya soy razonablemente loco, en la cordura del poeta, atadura de sueños en el puerto donde convergen todos mis naúfragos anhelos. Chispas diminutas de un te quiero ascienden presurosas esta noche, llenando los cielos con efímeros destellos de un amor. Y es la melodía de una flauta que se esconde en el bosque quien me llama, me anima a cruzar la frontera de lejanos universos, de galaxias ignotas que viven remotas agrupadas en el sueño inefable del alma humana.
Esta noche como aquella no debiera tener un mañana, y arropados en suspiros permanecer silente en el silencio de tus manos. Aquella noche pasó, en esta pasaron ya mis años, no habrá otro amanecer para mí, y el guerrero antaño que fui vino una vez más hasta ti para decirte que te amo. Luego me callo y el poeta desfallece en su fiebre de estrofa y rompiendo la crisálida de versos, surge un hombre nuevo junto a las cenizas de mi última hoguera de San Juan.
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jueves, 20 de junio de 2013
Te Leo Cada Mañana
Te leo cielo cada mañana, cuando nada mas amanecer abres el libro azul de tu mirada. Dejas atrás soñada noche de anhelos, en el duermevela constante de un lejano te quiero. Palabras gaviota que persiguen el barco de los sueños.
Te leo cielo, cada mañana te leo, en el suelo de mis pasos, en el tropiezo, en mis fracasos, al levantarme para curar mis heridas mirando hacia lo alto yo te leo.
En el espejo claro del estanque de mis deseos corren nubes veloces, etéreas voces del pasado, acomodados rincones de melancolía, y yo sentado en la orilla del lago miro con pupilas infantiles los añiles proyectados, de cada futuro pasado, de cada presente olvidado.
Fui soldado mi cielo, y el héroe desterrado de todas las tragedias, payaso en la comedia de la vida. El pianista ensaya inagotable sobre su piano, el poeta lo hace en el instrumento de su vida, sobre las teclas heridas, blancas de amor, negras de traición, aquellas, cielo amado, que se abrieron al costado del corazón, cuando la palabra hecha emoción se desbordó en un te amo por la fuente de sus labios. Morir no es un fracaso, es un nuevo paso que di amada mía para alejarme del ocaso.
Te leo... Siempre te leo, incluso estando ciego, te leo cielo, siempre, si siempre pudiera abarcar lo eterno, y saciar el hambre de mi hombre, la carga sobre mis hombros, te leía antes, ahora lo entiendo, te leo pues entonces...
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Te leo cielo, cada mañana te leo, en el suelo de mis pasos, en el tropiezo, en mis fracasos, al levantarme para curar mis heridas mirando hacia lo alto yo te leo.
En el espejo claro del estanque de mis deseos corren nubes veloces, etéreas voces del pasado, acomodados rincones de melancolía, y yo sentado en la orilla del lago miro con pupilas infantiles los añiles proyectados, de cada futuro pasado, de cada presente olvidado.
Fui soldado mi cielo, y el héroe desterrado de todas las tragedias, payaso en la comedia de la vida. El pianista ensaya inagotable sobre su piano, el poeta lo hace en el instrumento de su vida, sobre las teclas heridas, blancas de amor, negras de traición, aquellas, cielo amado, que se abrieron al costado del corazón, cuando la palabra hecha emoción se desbordó en un te amo por la fuente de sus labios. Morir no es un fracaso, es un nuevo paso que di amada mía para alejarme del ocaso.
Te leo... Siempre te leo, incluso estando ciego, te leo cielo, siempre, si siempre pudiera abarcar lo eterno, y saciar el hambre de mi hombre, la carga sobre mis hombros, te leía antes, ahora lo entiendo, te leo pues entonces...
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Quiero Dormir Poesía
Quiero dormir poesía, poesía quiero dormir, que antañas estrellas de fantasía me velen cuando sueñe con vivir.
Quiero vivir poesía, poesía quiero vivir y sangrando entonces mis heridas serán manantial de nueva vida, cuando viva por soñar.
Que alcance al fin el lugar donde de la vana prosa converso, me quede a vivir en el verso singular de tu mirada. Y acabando la jornada pensaré, si esta noche es una más o vino a quedarse para siempre... Que más da si soy torrente nuevo de esperanza, afluente de emoción en el río de añoranzas, el que desde su nacimiento corría veloz hasta el océano crepuscular, en cuyas orillas el mar derriba castillos de sal en el interior de un cósmico reloj de arena.
Si vivir la humanidad valió la pena, si rompiendo las cadenas alcancé mi libertad, fue poesía por soñar la vida, por vivir un sueño. Y siendo al fin el dueño en mi destino, encontré recorriendo tus aceras de poema, en las calles de la vida, poesía, el camino.
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Quiero vivir poesía, poesía quiero vivir y sangrando entonces mis heridas serán manantial de nueva vida, cuando viva por soñar.
Que alcance al fin el lugar donde de la vana prosa converso, me quede a vivir en el verso singular de tu mirada. Y acabando la jornada pensaré, si esta noche es una más o vino a quedarse para siempre... Que más da si soy torrente nuevo de esperanza, afluente de emoción en el río de añoranzas, el que desde su nacimiento corría veloz hasta el océano crepuscular, en cuyas orillas el mar derriba castillos de sal en el interior de un cósmico reloj de arena.
Si vivir la humanidad valió la pena, si rompiendo las cadenas alcancé mi libertad, fue poesía por soñar la vida, por vivir un sueño. Y siendo al fin el dueño en mi destino, encontré recorriendo tus aceras de poema, en las calles de la vida, poesía, el camino.
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viernes, 14 de junio de 2013
Una Larga Noche
Fue una larga noche, y la oscuridad hecha reproche me dijo: Déjalo ya. Siempre amanece de nuevo en el mar de los recuerdos del alma. Nada permanece en calma y de cuanto adquiere el hombre de madrugada, su sueño de almohada desvanece al pagar luego con creces en su moneda de ocaso al atardecer.
Luego dejé marchar mi vida con tu muerte, y si la suerte en su capricho preciso, en la forma del destino, me hizo su esclavo, alcancé luego mi libertad ahondando en la orfandad del hombre. Otrora con la muerte regresó hasta mi la vida, y hoy navegando en el mar de los recuerdos nuevamente, soy balandro que arrastra la corriente de emociones, hasta la playa donde tracé la raya de partida de todos mis afectos. El hoy siempre es perfecto y será por fin un largo y hermoso día...
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jueves, 13 de junio de 2013
Amo la Poesía
Amo la poesía, porque siendo el hombre fantasía divina que emana de la nada inalcanzable, hace inagotable en la misma forma el torrente de emociones que se desborda en el corazón. Donde la sinrazón de la materia impera, yo hago mía la novela del tiempo, y cruza lisonjera el alma de ancestro el río de los días y sus riberas, buscando nuevas primaveras de inmortalidad en un verso. Surgí detrás de un padre nuestro, para dejar la oración de peticiones, y escondido en los rincones de Su tiempo, gritar, Amado mio.
Amo sí la poesía porque es la única melodía que no precisa de instrumento, y si breve fue la vida, eterna es la herida de amor que me causa. Ya no hago pausas ni estaciones en mi viaje, ya pagué cualquier peaje en las cicatrices del traje de mi cuerpo. La ciencia ciega dirá que he muerto, y mi poesía riendo hablará, que dejé la soledad de la compañía del mundo, para adentrarme fecundo en el bosque donde cada árbol es un poema y cada fruto un verso, y a lomos de la poesía alcancé la lejana estrella que marca la frontera de este universo. Me marché siendo aprendiz y maestro, escapando por el silencio que habita entre los dos te quiero donde mi alma de marmita, palpita en sus emociones llena de recuerdos.
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Amo sí la poesía porque es la única melodía que no precisa de instrumento, y si breve fue la vida, eterna es la herida de amor que me causa. Ya no hago pausas ni estaciones en mi viaje, ya pagué cualquier peaje en las cicatrices del traje de mi cuerpo. La ciencia ciega dirá que he muerto, y mi poesía riendo hablará, que dejé la soledad de la compañía del mundo, para adentrarme fecundo en el bosque donde cada árbol es un poema y cada fruto un verso, y a lomos de la poesía alcancé la lejana estrella que marca la frontera de este universo. Me marché siendo aprendiz y maestro, escapando por el silencio que habita entre los dos te quiero donde mi alma de marmita, palpita en sus emociones llena de recuerdos.
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Amo la Poesía
Amo la poesía, porque siendo el hombre fantasía divina que emana de la nada inalcanzable, hace inagotable en la misma forma el torrente de emociones que se desborda en el corazón. Donde la sinrazón de la materia impera, yo hago mía la novela del tiempo, y cruza lisonjera el alma de ancestro el río de los días y sus riberas, buscando nuevas primaveras de inmortalidad en un verso. Surgí detrás de un padre nuestro, para dejar la oración de peticiones, y escondido en los rincones de Su tiempo, gritar, Amado mio.
Amo sí la poesía porque es la única melodía que no precisa de instrumento, y si breve fue la vida, eterna es la herida de amor que me causa. Ya no hago pausas ni estaciones en mi viaje, ya pagué cualquier peaje en las cicatrices del traje de mi cuerpo. La ciencia ciega dirá que he muerto, y mi poesía riendo hablará, que dejé la soledad de la compañía del mundo, para adentrarme fecundo en el bosque donde cada árbol es un poema y cada fruto un verso, y a lomos de la poesía alcancé la lejana estrella que marca la frontera de este universo. Me marché siendo aprendiz y maestro, escapando por el silencio que habita entre los dos te quiero donde mi alma de marmita, palpita en sus emociones llena de recuerdos.
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Amo sí la poesía porque es la única melodía que no precisa de instrumento, y si breve fue la vida, eterna es la herida de amor que me causa. Ya no hago pausas ni estaciones en mi viaje, ya pagué cualquier peaje en las cicatrices del traje de mi cuerpo. La ciencia ciega dirá que he muerto, y mi poesía riendo hablará, que dejé la soledad de la compañía del mundo, para adentrarme fecundo en el bosque donde cada árbol es un poema y cada fruto un verso, y a lomos de la poesía alcancé la lejana estrella que marca la frontera de este universo. Me marché siendo aprendiz y maestro, escapando por el silencio que habita entre los dos te quiero donde mi alma de marmita, palpita en sus emociones llena de recuerdos.
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miércoles, 12 de junio de 2013
Acariciando Sueños
Quise acariciar un sueño, rasgando con mis manos el velo secreto de tus labios. La palabra descarnada entre mis dedos apareció entonces, por la comisura de silencios de la puerta del palacio de tus actos. El amor se fue muy deprisa y el recuerdo siempre tan despacio. Habito en la memoria silente de Dios sabiéndome despierto en mitad de Sus sueños. Soy el dueño de mis obras y el esclavo a un solo tiempo.
Hoy, sin arrepentimiento, haciendo a un lado las páginas amarillas del calendario, espigas secas de mis días, doradas bajo el sol de la añoranza, vivo al fin en la esperanza de un diario presente. El ayer ya se hizo ausente, y si el mañana será de nuevo la vieja muerte, elijo vivir presentes y bebiendo de la fuente de mi alma, calmar mi sed peregrina, esa que asalta al hombre en cada esquina donde doblan los sentidos.
Alcanzaré por fin la paz, y me iré sin hacer ruido, con el último latido, en el postrer paso que dará mi personaje sobre el escenario, y el teatro milenario sus puertas cerrará y serán blancas alas de paloma aplauso de libertad, allá por donde Dios se asoma en su bostezo universal, antes de volver a soñar una nueva arquitectura.
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Hoy, sin arrepentimiento, haciendo a un lado las páginas amarillas del calendario, espigas secas de mis días, doradas bajo el sol de la añoranza, vivo al fin en la esperanza de un diario presente. El ayer ya se hizo ausente, y si el mañana será de nuevo la vieja muerte, elijo vivir presentes y bebiendo de la fuente de mi alma, calmar mi sed peregrina, esa que asalta al hombre en cada esquina donde doblan los sentidos.
Alcanzaré por fin la paz, y me iré sin hacer ruido, con el último latido, en el postrer paso que dará mi personaje sobre el escenario, y el teatro milenario sus puertas cerrará y serán blancas alas de paloma aplauso de libertad, allá por donde Dios se asoma en su bostezo universal, antes de volver a soñar una nueva arquitectura.
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lunes, 3 de junio de 2013
El Amor es una Herida
Hoy al agitar las ramas del viejo álamo de nuestro jardín tras la tormenta, una lluvia de gotas del agua de tus recuerdos calló nuevamente sobre mí.
El amor es una herida profunda y oscura como la piel del universo, como la faz de Dios que con sus ojos de estrella me mira. Se olvida el tiempo perdido y cuando vuelve el pulso al dormido corazón, suspira en cada latido, en un nuevo sin sentido de separación.
El amor es un viejo dolor como el reuma del anciano, siempre le duele de fondo al hombre que se agita en mi razón cuando alarga su mano hacia la vida. Las horas de mi reloj me dicen que el tiempo no pasó, porque al cronómetro de mi amor le falta siempre una manecilla, y no le pasan los minutos aunque me marque distintas horas de la vida.
Mis lágrimas son olas de nostalgia sobre la playa de mis ojos cuando contemplo el ocaso de tus recuerdos. Pero hoy, tras la última tormenta del hastío, el amor nos volvió, por fin, dos marineros con brújula y con puerto, no importa que la gente diga, al ver las lápidas junto al viejo huerto de nuestro abandonado jardín, que estamos muertos...
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El amor es una herida profunda y oscura como la piel del universo, como la faz de Dios que con sus ojos de estrella me mira. Se olvida el tiempo perdido y cuando vuelve el pulso al dormido corazón, suspira en cada latido, en un nuevo sin sentido de separación.
El amor es un viejo dolor como el reuma del anciano, siempre le duele de fondo al hombre que se agita en mi razón cuando alarga su mano hacia la vida. Las horas de mi reloj me dicen que el tiempo no pasó, porque al cronómetro de mi amor le falta siempre una manecilla, y no le pasan los minutos aunque me marque distintas horas de la vida.
Mis lágrimas son olas de nostalgia sobre la playa de mis ojos cuando contemplo el ocaso de tus recuerdos. Pero hoy, tras la última tormenta del hastío, el amor nos volvió, por fin, dos marineros con brújula y con puerto, no importa que la gente diga, al ver las lápidas junto al viejo huerto de nuestro abandonado jardín, que estamos muertos...
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miércoles, 22 de mayo de 2013
Las Cenizas
He arrojado tus cenizas sobre el mar de mis recuerdos en un día sin oleaje, harto de pagar el peaje de las conchas, me cansé de ser fractura entre tus rocas de silencio. Derribando las columnas del templo de mi tiempo sobre el suelo de la vida, he cerrado mis heridas para pasar de puntillas por encima de los cielos. En mis pupilas ya no hay desvelos, el consuelo es lo vivido para amar y el camino recorrido remontando la eternidad en busca de un sueño. Soy fugitivo de la prisión antaña y cruzando la montaña de los anhelos encontré mi libertad. Ya me marcho de ti, porque llegando hasta mí alcanzo el punto cardinal donde convergen mi sueños en la rosa de los vientos de todos mis actos pasados.
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miércoles, 15 de mayo de 2013
Mi Lapiz Baila
Mi lápiz baila la melodía de la lengua. La lengua es instrumento para cantar tu belleza. La belleza son las notas con las que mi alma reza y mis rezos sinfonía con la que el universo llenas. El universo es papel pautado de estrellas, donde otro lápiz baila, otra lengua canta, con notas de belleza eterna, rezos de infinitas almas que llenan todos los universos con sinfonía de esperanzas. Los universos son papel pautado estrellas del libro de anhelos en el primer acto de la opera divina de Dios.
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domingo, 12 de mayo de 2013
Imortalidad
Hay cosas que nunca mueren porque prevalecen silentes y calladas en la sosegada calma de un sueño de amor. Preservadas desde su origen, acerrife milenario donde encalló el barco visionario de mis sueños de poeta. Tanta muerte seguida de su vida correspondiente, peces de los días en el río afluente que converge con el de la eternidad de Dios en el delta de la fe. Alargo mi mano desde el barro hacia lo alto, este tarro planetario me contiene y veo nostálgico luces en el cielo, que con su cómplice movimiento me traen lejanas noticias de mi gente. Mis lágrimas son estanque donde donde se refleja la luna... y las dos y las tres de la mañana me sorprenden espoleando versos para galopar universos, migas de planeta que la mano inquieta del Dios que me alimenta en los latidos, dejó esparcidas, marcándome la salida, el día en que mi corazón convertido en nido, se desprenda en mortales sin sentidos para gritar te amo nuevamente.
La Dama del Desierto
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Era dama en el desierto, acierto pleno en la belleza del silencio de arena, que jugaba en su melena de dunas doradas. En la oscuridad de su almohada, perdida de estrellas de plata, la noche la miraba con millones de ojos ávidos de esperanza; y una luna blanca de nácar inmenso, se asomaba sonrojada por el horizonte de arena del tiempo, pero valía la pena el sonrojo. Y yo maldecía la tienda que encerraba sus ojos negros. Soy la luz de una lejana hoguera que arde próxima a la frontera donde acampan los locos de amor, y miro desde lejos y siento desde cerca que cruzando por fin la anhelada puerta de su tienda, habrá concluido al fin mi travesía del desierto. Si el amor es locura o cordura, yo no acierto a darle explicación, solo sé que sin emoción enloquezco y sin amor no puede haber cordura.
jueves, 9 de mayo de 2013
La Cadena
Vivo encadenado, por un lado la cadena de mis días, de otro la de todos mis errores, eslabones que se añaden eslabones que me quitan. Soy un secreto a voces, y mi razón se precipita en su pensamiento de marmita donde bullen ilusiones. Mi corazón es ermita donde una errática alma habita en su oración, escondida en un rincón mientras las paredes tiemblan. Pronto acabará la contienda, la cadena de mi vida se acorta, y por la aorta que alimenta la eternidad de mi alma, solo el amor me regará, ganando mi anhelada calma. Dejaré de abrir las puertas para otros de sus propios infiernos, y de enfrentar sus demonios. Se rompen ya las cadenas, es tiempo de libertad.
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jueves, 2 de mayo de 2013
Lo último de Jesus Eduardo Santos Hernández "ACARYA"
Acarya es espiritualidad y poesía, es fantasía que llena el alma. Escrito a caballo entre aeropuertos, calles repletas del Tercer Mundo, viejos cafés, que en sus múltiples viajes el Profesor Jesús Santos Hernández iba recogiendo, recolectando para sus alumnos de filosofía y que luego con urgencia alimentaria subía a su blog desde su dispositivo móvil. Es autoayuda en movimiento, prosa poética viajera que deparará al lector un acceso al mundo mágico de su corazón y le hará reflexionar sobre el sentido de su propia vida. Siguiendo el estilo de todas sus novelas, está colección de vivencias te ofrecerá una nueva visión del mundo.
Read more: http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Acarya#ixzz2S87DrFtw
Crítica de En el Ojo del Huracán
EN EL OJO DEL HURACÁN: “LAS CLAVES DEL SER HUMANO”
Por: Dr. Jaime Torres Mendoza
Catedrático de la Universidad Autónoma de Coahuila en la Licenciatura de Letras Españolas
Publicado en la revista Crítica de México.
Aproximación crítica:
Coexisten en la práctica de la crítica
literaria contemporánea dos tendencias en gran medida contradictorias
pero, al mismo tiempo, dependientes una de la otra. Por un lado, la
tendencia a explicar la obra en términos del lector basándose en los
actos de emoción que le provoca la lectura; por otro, la tendencia a
explicarla en función de un autor que transcurre por una serie de
procesos imaginativos regidos por un conjunto de leyes propias que van
construyendo un universo con una lógica que le da coherencia al
texto. La tendencia generalizada de los críticos de hoy, es
considerar el texto literario como un proceso imaginativo que involucra
múltiples factores que tienen que ver con algo más que el oficio de
escribir.
La escritura de un libro supone que
estamos ante la presencia de un verdadero y auténtico intelectual que
no ha dejado un punto vulnerable por donde se pueda venir abajo la trama
con que se ha tejido la historia presentada en el volumen. Un
intelectual capaz de entender que su labor no se reduce a un mero
fenómeno estético, sino que su quehacer echa a andar otro proceso: el de
consignar una serie de claves para desentrañar la complejidad del ser
humano en el acto de convivir en sociedad.
Esto último es particularmente
importante pues todo texto literario, por más ficción que sea, siempre
tiene un referente que lo sitúa en un suelo histórico: el del autor
mismo y el de la época en que se escribe.
El libro
Y esa es la característica de la
novela En el ojo del huracán, autoría de Jesús Santos Hernández, en la
que da razón y noticia de una serie de acontecimientos que tienen
lugar en un tiempo sin tiempo pero cuya memoria de los hechos ha quedado
impreso en los eslabones con que los dioses han tejido la
historia del universo, por tanto, es una historia que se proyecta
sobre el devenir del ser humano y su quehacer en la historia misma.
El libro se nos presenta como un “prodigio novelístico” de
no fácil realización. Se ve que en su confección hubo un propósito bien
planeado, una voluntad de respuesta a la hora de establecer contacto
directo con el público, desde el punto de vista de la exigencia que se
impone todo escritor serio.
Por ejemplo, en sus páginas la
decoración y el mobiliario que integran el mundo de los objetos,
conllevan una fuerte carga emotiva; la descripción de los paisajes es
metódica, el narrador escudriña cada detalle para que el lector sienta,
vea el escenario y comparta la sensación de ser invasor en la intimidad
de los personajes. Es una mirada intrusa, ciertamente, pero que a la que
se le ha permitido la entrada con un sólo propósito: la necesidad de un
espectador cuya mirada recupere para la historia la serie de
acontecimientos que constituyen el núcleo de la narración. Es decir, En el ojo del huracán es un
libro con todos y cada uno de los componentes que le son exigidos a
cualquier obra de verdadera jerarquía.
El tema, por demás atrayente y excitante
para la curiosidad del lector que, al tomar en sus manos la novela,
puede explicar algunos aspectos fundamentales de la conducta
y el comportamiento humano. Más aún cuando este propósito se lleva a
cabo, como se hace en este libro, combinando su estudio filosófico con
lo que podríamos llamar teorización sistemática.
En esta combinación, a la hora de
sistematizar sus contenidos, la mejor parte se la lleva la cuestión
filosófica, donde el autor se desempeña con bastante soltura, dada su
formación. A través de una serie de argumentaciones, preguntas y
planteamiento de problemas, se dan soluciones éticas,
propias del universo de acciones donde participa el hombre.
Quizá no entrañe demasiado riesgo
otorgarle al libro la definición de bueno, considerando varias
vertientes. Por ejemplo su argumentación es brillante, torrencial a
veces, pero siempre coherente. El recurso utilizado por el autor de ser
una supuesta traducción de un libro antiguo encontrado por un
arqueólogo védico, le confiere una dosis de misterio y atemporalidad que
le vienen bien al libro. Pero eso es sólo un recurso, mejor aún,
una estrategia para atrapar al lector. Con una estructura aparentemente
simple, En el ojo del huracán está estructurada en dos
libros. El primero de ellos se divide en ocho capítulos: “El final de la
contienda”, “La abdicación del rey Elihaj, “La coronación de la reina
Upsarani”, “La batalla de Pétrea”, “La maldición de Upsarani”,
“El destierro”, “El segundo destierro”, “La batalla final”. Esta
estrategia permite realizar un recorrido no lineal, llenos de cambios de
tiempo y espacio que permiten al autor generar una expectativa continua
que atrapa al lector.
El conjunto de los ocho
capítulos del primer libro, van hilvanando una historia de batallas
entre reinos celestiales, mezclada con una serie de pasiones que
entran en juego para resaltar una serie de valores que sobresalen
siempre por encima de otros que se quedan en la sombra y que le dan
movimiento a la trama que constituye el núcleo de la novela. Pero eso
es, lo reitero, sólo una estrategia; en realidad el libro es sumamente
complejo pues está escrito con la mayor de las malicias literarias,
además de desenvolverse en el terreno del simbolismo para aludir
directamente al destino del hombre.
El segundo libro, breve en su
dimensión, con apenas un todavía más brevísimo capítulo denominado
“El africano”, permite dar el salto de un mundo metido en lo más
profundo del cosmos y establecer la conexión con la
historia del hombre en la tierra. Es un salto cualitativo que le
confiere el grado de verosimilitud que En el ojo del huracán requería
para ser parte de nuestra propia historia.
La novela en cuestión, no es una novela
cualquiera pues contiene una clara tendencia intelectual: es casi una
parábola, una alegoría, una fábula e, incluso, un teorema. Este discurso
narrativo es el soporte para presentar a un magnífico guerrero, un ser
perteneciente a una dinastía de combatientes única, que se ve
enfrascado en una serie de conflictos en los que
está en juego el destino del universo y que operan como telón de fondo
donde se pone a prueba la definición de su yo verdadero como aspiración
ideal y universal del hombre.
El guerrero era un ser especial.
Combatía con toda la piedad del mundo; arremetía contra sus flagelos,
tensando cada músculo en la consecución del triunfo moral, lidiando cada
tanto con la gloria gratuita otorgada a los vencidos. Luchaba y volvía
del combate adolorido y amargo, con el ánimo desvanecido. Esgrimía la
voluntad como razón, derrumbándose ante la posibilidad del perpetuo
fracaso que su propia soledad le ofrecía. Entendió que la derrota era
una dinastía que tenía que demolerse con los actos
consecutivos del ánimo. Tocaba el mundo y asimilaba su condición de
elegido a golpes de humildad. Y un día, después de todo, se venció para
ser eterno entre los humanos.
En el ojo del huracán, nos permite
asistir a la construcción de un mundo que funciona como una memoria que
ilustra de manera trágica cómo el desmoronamiento de la razón, no sólo
da al traste con un imaginario que entiende la vida como una pedagogía
de lo civil para pasar a una mentalidad donde el saber es algo más
que el propio hecho donde el caos lleva directamente al desastre.
La virtud literaria que
sobresale en el texto reside en la evolución y desarrollo de su
protagonista, Suriadev, cuyos rasgos, conmovedores y entrañables,
aspiran a una universalidad en la que se representa al género humano y
que se legitima en los actos cotidianos de los seres a los que alude.
Esa evolución y desarrollo es responsabilidad de un escritor que sabe su
oficio para convertir un proceso imaginativo en una virtud. A tal virtud hay que añadirle un
atractivo adicional: el texto busca describir el afuera, y lo logra. Sin
embargo, lo importante aquí es que lo logra como si se tratara de una
dimensión interna de los protagonistas principales, de un espacio
simbólico en el que el yo precisa su definición en un entorno incluyente
donde destacan fibras de pensamiento que se introducen en todas las
realidades alcanzables por cualquier ser humano. Y es que tiempo y espacio son conceptos
que en la literatura no se pueden separar pues ambos son parte de una
misma metáfora. En el discurso fantástico el juego con el tiempo
puede, en algunas ocasiones, simbolizarse en la descripción espacial. La
poética de lo fantástico, llamémosle así, mantiene estrechos lazos
con el pasado, con la idea de perseverar un pasado perenne.
La continuidad temporal se somete al
triunfo de lo estático o de lo pretérito que no muere. El texto, en este
caso, es el sitio pleno de nostalgia, nostalgia de una época de oro, de
una original armonía, de un esplendor.
Atrapar el pasado en un espacio, sea con
los decorados, con la antigüedad del edificio, o con la obsesión de un
personaje, preserva el sentimiento de lo fantástico, como observamos a
lo largo de esta novela donde la yuxtaposición de tiempos paralelos
son el nudo de lo fantástico, su espina dorsal, pues.
El carácter senil de una narración
es el resurgimiento de un personaje en función del símbolo de la
permanencia al tiempo que se instituyen como un elemento inquietante.
Tiempo y espacio están fuertemente relacionados para provocar la
yuxtaposición de registros insertándolos en una tercera dimensión a
caballo de lo imaginario y lo real que es lo simbólico, escenario real
de la novela de Jesús Santos Hernández.
El pretexto del filósofo
En la
novela En el ojo del huracán, Jesús Santos Hernández, hace girar las
ideas que expone sobre sus propios conceptos de historia, de filosofía,
de religión y de ética, en torno a una reiterada y obsesiva advertencia
que nos previene de toda posible desviación, o si se quiere, de toda
falsa interpretación de la libertad o la justicia, que de manera
inquietante son siempre puestas en peligro por los poderes ya
establecidos, sean políticos, económicos o de Estado, y también por los
que potencialmente pueden surgir en cualquier instante. Es decir, de alguna manera la
novela sirve como un pretexto para que el autor dé rienda suelta a una
filosofía que desea difundir, porque es la filosofía en la que ha
asentado su pensamiento y en la que cree con firmeza.
A lo largo del libro queda claro
para el autor que el verdadero problema que plantea la libertad
individual no puede surgir al considerarla como algo aislado, sino
precisamente lo contrario, considerarla en conexión con las libertades
ajenas, las de otros individuos, como tales y en cuanto que todos forman
parte de la sociedad. El problema de la libertad individual,
según parece decir Santos, es el problema del conflicto que puede darse,
como de hecho se da, entre las libertades de los diferentes individuos
de una sociedad. Este es el problema que está presente en la novela que
nos propone el autor. Lo esencial del libro, sin embargo,
está en la manera de resolver dicho problema, consistente
aquí en el descubrimiento y/o fortalecimiento del yo verdadero (con
claras resonancias de la filosofía de Isaiah Berlin), que supone la
transformación del yo empírico (el sujeto tal como se nos muestra
delante de los ojos, con sus proyectos de vida, sus deseos y apetencias)
de los individuos en el yo verdadero (el que hace concordar la idea de
los valores universales con el mundo real donde se ejercen) de los
mismos.
Se trata de eliminar los antagonismos
individuales mediante la efectiva transformación de los individuos, como
parece quedar claro en la actuación práctica de Suriadev, personaje
central de esta novela, para desembocar en la culminación y
establecimiento de un orden de justicia.
Esta manera de resolver el conflicto
sitúa al texto muy cerca del pensamiento de Gastón Bachelard,
específicamente en su obra La poética del espacio, donde se hace
referencia al nido y a la concha, como dos posibilidades de ser y donde
la permanencia es lo esencial.
Suriadev, el personaje central de la
novela, encarna al nido que se construye para dar vida alejándose de la
noción de concha, que continúa toda su vida en construcción. El nido es
la morada suave y cálida del pájaro, en cuanto se instala la vida, se le
protege, se le cubre. Suriadev es el ser que sale de su concha para
sugerirnos los ensueños del ser total. Suriadev no es sólo el ser mitad
carne y mitad dios. Es el ser semimuerto y semivivo y, en los grandes
excesos, es también mitad piedra y mitad hombre. Suriadev, en medio del ojo del huracán,
es el nido, la casa. Y todo eso representa simbólicamente el hogar, que
es nuestro rincón entrañable en el mundo porque es el estado del alma.
La casa, volviendo al pensamiento de Bachelard, tiene elpoder de
integrar los pensamientos, los recuerdos y los sueños del ser humano,
para volverlo precisamente eso: más humano. El principio unificador de esos tres
elementos es el sueño, o si se quiere, la imaginación. Suriadev es la
casa que no permite la dispersión. Es el elemento que
conserva el pasado en un espacio que contiene el tiempo comprimido. Una
casa con muebles y demás objetos intactos, sin renovación, constituye la
quimera de la permanencia. Por eso Suriadev se renueva y cambia cada
vez, para lograr la permanencia esencial que será cantada —y contada—
por Sios, el escriba de los dioses.
Apunte final
A lo largo de la presente reseña, he
desistido de caer en la tentación de darle a la redacción una
inclinación con tintes de falsa erudición sacando de su contexto citas y
frases para validar mis propias líneas de argumentación. Además de ser
un método cansado para el lector, me parece poco ético al querer inducir
a un lector hacia una lectura que, quizá no es de su interés; por otra
parte me parece ofensivo para el mismo lector al considerarlo incapaz de
realizar una lectura crítica.
A cambio de eso, he pretendido que esta
reseña se convierta mejor en una invitación abierta para que un lector
ávido de un texto desafiante, pueda adentrarse en las páginas de este
libro que se ha abordado aquí con toda humildad y respeto, tanto
para el autor como para el lector. Finalmente debo decir que la impresión
que me queda de Jesús Santos Hernández, es la de que, claramente, es un
hombre de letras, además de un filósofo, de pureza tal que ya hay pocos
cultivadores de la palabra, como él. En todo momentoel escrito deja
traslucir la inmensa cultura y el gran conocimiento de los escritores de
filosofía y religión que, según se aprecia en el libro, están
perfectamente asimilados.
Pero por si eso fuera poco, el Doctor
Jesús Eduardo Santos Hernández, como es su grado académico alcanzado y
su nombre completo, nos comparte múltiples claves sobre el ser humano de
cualquier época, al tiempo que nos permite meditar profundamente
sobre el proceso y la situación de la crisis de nuestro tiempo. No es gratuito este hecho, el autor es
un hombre de sólida preparación académica, filosófica y
religiosa en cuyas fuentes ha bebido de la sabiduría. Así lo atestiguan
sus artículos periodísticos, sus programas de radio y televisión así
como los diversos libros publicados entre los que se encuentran: Súbete a
una nube, Historias de un viejo olmo, Cartas a Dios, Diálogo de
locos y La última función, entre otros.
De manera conclusiva puedo decir
que En el ojo del huracán, de Jesús Santos Hernández, se singulariza,
sobre todo, por su tono ético, responsable, sin hacer fácil política.
Busca, eso sí, inquietar profundamente al lector, no solo entretenerlo. Y
lo logra plenamente creando un personaje de gran categoría, que se
incorpora a la galería de seres humanos, sin más. En el trasfondo, la obra es partidaria
de una ética. Entre líneas quedan señalados los peligros que puede
acarrear la identificación de la ética con el mero análisis del lenguaje
moral. Para decirlo con una de las palabras más manoseadas de nuestra
cultura, la obra deja traslucir la necesidad de una ética
comprometida en las acciones de los seres en busca de la definición de
su yo verdadero.
Diría, entonces, que el libro en su conjunto es un acierto que regocija al mundo editorial.
Dr. Jaime Torres Mendoza
Catedrático de la Universidad Autónoma de Coahuila en la Licenciatura de Letras Españolas
En el ojo del huracán,
Jesús Santos Hernández,
Fundación Dharma/Grupo Universidad Internacional Euroamericana/Laxman publicity & publishers,
Wilmington, USA, 2008
359 pp.
Prologo de la novela Súbete a una Nube de Jesús Eduardo Santos Hernandez
El uso deliberado y sin reservas del tratamiento mágico, hacen de Súbete a Una Nube un relato que si bien no pretende agotar las posibilidades del género fantástico, sí se mueve con éxito en el azaroso mar de una lógica en donde la imaginación parece ser la suprema ley. Jesús Santos Hernández a nuestro juicio, ensaya en este libro un poco del texto preceptivo propio de la literatura fundada por Platón en “La República” y Refundada en el Renacimiento por Moro y Campanella más tarde por
Bacon.
De acuerdo, esta novela no es una “Utopía”, ni una “Ciudad del Sol”, pero sí propone situaciones que estructuralmente encajan en el modelo literario del “No hay tal lugar”. En descargo de mi osadía, debo decir también que si he encontrado en el texto reminiscencias de ese género, hallé de igual manera, la mano de Lewis Carroll (El de Alicia en el País de las Maravillas) en la llegada del protagonista al “mundo de lo literario”, esa república autónoma a la que acude, guiado por el Mediador, para cumplir la deuda de una historia inconclusa.
Es memorable el encuentro de Daniel con “Los Tres Mosqueteros” de Dumas, que casi lo atropellan entre las patas de sus desbocados corceles, y es asimismo inolvidable el rol de Mesías que llega a cumplir este escrito editorialmente frustrado, ante sus propios personajes. En cierta medida este papel cumple en la novela la función de recordarnos que nosotros mismos somos nuestros propios redentores más que el perdón de la dialéctica del pecado, lo que importa y vale es el arrepentimiento.
Lo que hagamos por remediar el mal que hayamos hecho.
A parte de los puntos de filiación que encontramos en esta pieza narrativa con otros géneros y autores, lo verdaderamente importante de este trabajo es sin duda el ameno recuento que hace Daniel, el protagonista principal, de su vida, que, sin ser un desastre precisamente, está llena de experiencias deplorables particularmente de una serie de altibajos en su estado de ánimo, que le orillan a sentirse casi un fracasado en sus relaciones profesionales y conyugales. Surgen así, disimulados en el simbolismo de la narración, consejos y recomendaciones que transmiten al lector métodos y actitudes
que, bien asimilados, le permitirían asumir una posición personal ante la vida menos pesimista. El título mismo predispone a reflexionar sobre la importancia que tiene en este sentido, retomar ese aspecto de nuestras capacidades que el empirismo y la sobrestimación de la vida material, han dado en relegar como algo propio de la gente pequeña, me refiero a la imaginación.
Si nos detuviéramos siquiera unos minutos para hacer un pequeño inventario de los males que la humanidad padece, estoy seguro de que todos convendríamos en que con un poco de imaginación (lo cual ha de traducirse como un poco de buena voluntad), resolveríamos muchos de nuestros problemas.
Y ese parece ser el mensaje explícito de este libro, Subir a la Nube vale tanto como (en determinadas circunstancias), bajarse de ella. Lo que no vale es quedarse todo el tiempo en tierra, o negarse a bajar en puerto, cuando así lo requiere nuestra felicidad y la felicidad de los demás.
Como quiera que sea, por lo pronto, súbase a esta nube y disfrute un poco del viaje al que nos invita Jesús Santos Hernández.
Dr. Cuauthemoc Rodríguez Puente.
Catedrático de Literatura Universidad Veracruz.
Bacon.
De acuerdo, esta novela no es una “Utopía”, ni una “Ciudad del Sol”, pero sí propone situaciones que estructuralmente encajan en el modelo literario del “No hay tal lugar”. En descargo de mi osadía, debo decir también que si he encontrado en el texto reminiscencias de ese género, hallé de igual manera, la mano de Lewis Carroll (El de Alicia en el País de las Maravillas) en la llegada del protagonista al “mundo de lo literario”, esa república autónoma a la que acude, guiado por el Mediador, para cumplir la deuda de una historia inconclusa.
Es memorable el encuentro de Daniel con “Los Tres Mosqueteros” de Dumas, que casi lo atropellan entre las patas de sus desbocados corceles, y es asimismo inolvidable el rol de Mesías que llega a cumplir este escrito editorialmente frustrado, ante sus propios personajes. En cierta medida este papel cumple en la novela la función de recordarnos que nosotros mismos somos nuestros propios redentores más que el perdón de la dialéctica del pecado, lo que importa y vale es el arrepentimiento.
Lo que hagamos por remediar el mal que hayamos hecho.
A parte de los puntos de filiación que encontramos en esta pieza narrativa con otros géneros y autores, lo verdaderamente importante de este trabajo es sin duda el ameno recuento que hace Daniel, el protagonista principal, de su vida, que, sin ser un desastre precisamente, está llena de experiencias deplorables particularmente de una serie de altibajos en su estado de ánimo, que le orillan a sentirse casi un fracasado en sus relaciones profesionales y conyugales. Surgen así, disimulados en el simbolismo de la narración, consejos y recomendaciones que transmiten al lector métodos y actitudes
que, bien asimilados, le permitirían asumir una posición personal ante la vida menos pesimista. El título mismo predispone a reflexionar sobre la importancia que tiene en este sentido, retomar ese aspecto de nuestras capacidades que el empirismo y la sobrestimación de la vida material, han dado en relegar como algo propio de la gente pequeña, me refiero a la imaginación.
Si nos detuviéramos siquiera unos minutos para hacer un pequeño inventario de los males que la humanidad padece, estoy seguro de que todos convendríamos en que con un poco de imaginación (lo cual ha de traducirse como un poco de buena voluntad), resolveríamos muchos de nuestros problemas.
Y ese parece ser el mensaje explícito de este libro, Subir a la Nube vale tanto como (en determinadas circunstancias), bajarse de ella. Lo que no vale es quedarse todo el tiempo en tierra, o negarse a bajar en puerto, cuando así lo requiere nuestra felicidad y la felicidad de los demás.
Como quiera que sea, por lo pronto, súbase a esta nube y disfrute un poco del viaje al que nos invita Jesús Santos Hernández.
Dr. Cuauthemoc Rodríguez Puente.
Catedrático de Literatura Universidad Veracruz.
viernes, 26 de abril de 2013
El Piano
Nunca me pareció más hermosa que cuando sus dedos mariposa revoloteaban con premura sobre las teclas de marfil. El añil de sus ojos desteñía lágrimas de gozo, mientras tejía capullos con melodías de arrullo para el alma. Partituras pautadas con hilos de seda dorada recogían cada nuevo compás. Y yo de lejos la miraba, con mirada intrusa de cazador de mariposas, y de cerca, de cerca tan sólo la soñaba. Aun mendigo en su mirada sigo amándola, mientras la góndola del tiempo me balancea en el canal de los días, corriente sideral, manantial que corre hacia lo eterno. Pasaron los inviernos de concierto, y un día desleída en la palidez de sus mejillas dejó a un lado el instrumento para ser solamente música. Zarpó la melodía de su corazón a un lugar donde las velas de mi nave no me llevan, y en todas las tabernas de los puertos he dejado borracheras en su nombre. Hoy cuando dejo de ser hombre y me alcanza el viejo en el espejo la sigo soñando de cerca...
jueves, 25 de abril de 2013
Mi Ciudad
Mi ciudad es librería y entre apretadas calles estantería, libros personaje la transitan. Historias de amor con prólogo de dolor y final abierto. Incierto desierto de páginas en blanco, dormido de vino en cualquier banco, otro libro se deshoja. Desdibuja en amarillo, aventuras del bolsillo, miles de tomos de burócratas. Un libro melodía de instrumentos en una esquina del estante, hace que te pares un instante a leer su lomo, mientras calculas con aplomo que tú, no tienes tiempo para leerlo, porque te crees el anexo de una enciclopedia importante. Anuarios llenos de anécdotas donde los libros viejos cubiertos por el polvo del abandono, tienen tanto que contarte. Y yo me asomo a cada instante con mi corazón de librero, y he visitado el mundo entero, leyendo en personajes, disfraces de apariencias, novelas del corazón y odio. Hoy me subo al podio de los premios literarios para escribir este pasaje, que ya pagué mi peaje de escritor, y encontrando por fin al autor, le he pedido como favor que me permita trabajar en su imprenta.
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sábado, 20 de abril de 2013
Los Sueños de mi Almohada
Nunca dejaré de soñar, si perdiendo la ilusión pierdo la realidad, porque solo la emoción encierra la verdad. Moriré joven o viejo, ya le dejé al espejo del destino que elija por mi la forma, pero nunca lo haré vulgar por comprar la realidad fingida, esa que abre profundas heridas en el corazón y que la razón maquilla con bálsamo de argumentos. Ya no viviré más en el siempre lejos del universo y el peso de la materia no colapsará la arteria por donde circula el torrente de mis anhelos, coronaria aventura que riega el alma en su ventura de ser de Dios enamorada. Los sueños de mi almohada dicen que el tiempo se disuelve en la distancia que con tres pasos de amor mi Señor alcanza. Los sueños de mi almohada encierran los secretos de mis lágrimas, cristales de sal en la orilla misma del mar de la mirada; cuando la ilusión latía entre dos suspiros, adolescentes guiños de amor, cuando fuimos poco más entonces que dos niños. Hoy con otro disfraz de nombres sé que sólo tú fuiste mujer, en aquel atardecer sobre la playa, para que yo fuera en tu amor tan solo un hombre.
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lunes, 15 de abril de 2013
El Circo
Soy artista enamorado en el circo de mis actos, y mi alma flor que llora en mi solapa de payaso mientras río . Tengo una carpa de estrellas y un trapecio de poemas que pende de ella y se balancea fragilmente sostenido en la cuerda de mis anhelos. Hago reír y llorar, bajo todos los cielos, para que un espectador de nombre soledad, comprenda. Monto mi tienda en cualquier esquina, donde se avecinan presurosos el resto de artistas del circo que actúan cada día en sus tres pistas, pasado, presente y futuro. Los espectadores olvidan mientras hago mi número, el temor a las fieras de la pista del pasado y el miedo al domador de la del futuro que dejando abierta la jaula deje escapar a leones trágicos. Hago números mágicos en el presente para hacer ausente al miedo y que el niño eterno sobreviva a la deriva ambulante del circo en donde vivo.
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domingo, 14 de abril de 2013
La Orilla
Ve hasta la orilla del mar de mi universo y yo te volveré converso de la materia, y en el reverso de tu cuerpo te mostraré el amor que tu alma encierra. Se queda entonces atrás la tierra vulgar de la razón, para llegar al lugar donde habita el corazón. Ve hasta la orilla del océano de eternidad donde todos los ríos del tiempo vuelcan la espuma de sus días, melodías rumorosas de eones, estaciones de emociones en el calendario mágico de los dioses. Sal por fin del agua y contempla la morada, sagrada playa dorada, donde las huellas de tu alma nunca serán borradas. Camina tierra adentro, al anhelado encuentro de tu amante, y quedarás prendido en un instante eterno de amor. Eres naúfrago de tus actos en la barca de tu cuerpo, aferrado a remos de sentidos que se mueven en sentido opuesto, haciéndote girar en soledad, en el mar de tus sueños para llegar a ninguna parte.
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La Torre de Marfil
Vivía en una torre de marfil, mientras el añil de los días teñía febril las canas de su tiempo. Miraba al cielo desde su altura, y el arrepentimiento es escultura que posa muda en el museo de sus sueños. Entra en la biblioteca silente donde su frente se alimenta con libros de filosofía, teoría sobre teoría, libros de arte sin ser parte verdadera de ninguna obra. La espera eterna de su alma se diluye en una lengua linsojera que tapa con argumentos los puntos cardinales de su anhelo. Alcanza a mirar el cielo desde la altiva terraza, y ve como amenazas las palabras del maestro quien podría bajarle al suelo las estrellas que siempre mira lejanas. Pinceladas sobre lienzo temporal, obras en las que la inmortalidad no se alcanza, el verdadero arte es la emoción que en la emoción de Dios se gana, cuando el espacio entre dos lágrimas de amor se vuelve abismo en la nostalgia.
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lunes, 8 de abril de 2013
Morir Viejo
Moriré viejo, si me alejo lo suficiente en el océano de los días, pero hasta entonces viviré joven, escuchando melodías que el alma compone teniendo a Dios en su norte. No haré mayor aporte a la vejez que las arrugas de mi frente, que soporte otro hombre derrotado la letanía de los años pasados. Soy soldado luego nací para la muerte, pero es tan grande mi suerte que siendo enamorado de un sueño, prendido de un anhelo, vivo ya mirando el cielo y no me importa la locura cotidiana de los días aburridos y las noches inconscientes. Moriré de viejo, sí, es cosa segura, pero esa será altura que salte sólo en el último instante, para que el joven arrogante que me habita, pueda pagar el peaje que mi alma necesita para continuar con su viaje. Dejaré entonces mi viejo traje para vestir nuevas ilusiones, sin necesitar de otras razones mas que amar y seguir el camino de emociones que marcan las estrellas.
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martes, 2 de abril de 2013
La Calle de los Abrigos
Era una calle de abrigos y escondidos entre nidos de bufanda, ocultos a toda presencia, dos ojos se delatan en destellos de pupilas de esperanza ilusionadas tras la ausencia. Una lágrima escarchada resbalaba descuidada, provocación de emoción y aire frío en la mirada, mesurada en su desliz, precipicio de nariz sonrojada. No dijo nada, mientras la vieja torre repicaba, afónica de los días, campanadas de sueños pasados y futuras fantasías. El viejo violinista con guantes de medio dedo, medio alimentado de miedo, soledad y sentimientos tocaba con dulzura congelada, anhelo de primavera de Vivaldi sobre las frías cuerdas. Sus paso de libélulas presurosas de amorosas botas carmesí, ponían frenesí alado sobre sus pequeños pies. Yo la observé cautivado, envuelto en el halo de mi propio aliento, ¿estaré dormido o despierto?, o no es un ángel aquel abrigo marrón que dobla ya la esquina. Todo se avecina venturoso en el reposo de adoquines de plata de la calle de los abrigos, donde el primer estallido, el primer beso, la primera ilusión corría en busca de su amor. Amaba, soñaba y rezaba será el mañana con sus cuentas afrenta que hoy no le importa. Se abrió al fin la puerta, frenética timidez de metal sobre madera, se cerró tras ella y la engulló la madera del marco. Yo regresé a mi barco cargado con el saco de mi equipaje, zarpé esa misma noche, y antes de que la luna me hiciera otro reproche, dejé escrita sobre papel, la visión de aquél ángel que soñé.
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martes, 26 de marzo de 2013
Ser Silencio.
Quien pudiera ser solo silencio, y dejar callado de asombro al viento para ser brisa en la sonrisa de tus labios. Apartado de palacios y clamores buscar por los rincones del alma un lugar para el encuentro, callado asiento de emociones. Silencio, solo silencio, sin acentos, ni oraciones y rompiendo tradiciones de gramáticas mundanas, hablar con la mirada en el paisaje, que sea mi último traje el cielo que contemplo, que sea mi almohada de estrellas templo de mis sueños, que entrando por sus puertas abiertas quede atrás la marea de los ruidos con sus olas de sentidos agitados. Quien pudiera ser silencio de arrullo de manantial para beber de la fuente inmortal de tus sagrados labios.
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lunes, 25 de marzo de 2013
La Verdad.
La verdad ha muerto, aunque en verdad es que nació herida de mentira en un desierto de conceptos. Palabras huecas, pinceladas abstractas de lienzos del ego, donde toda forma se deforma y desfigura con soltura, disfrazada de preceptos. Plañideras vierten lágrimas fingidas, por heridas de alimañas que devoran el mañana en cada esquina. Disfrazados de rutina falaces mendaces roban sin tardanza la vida. Pero detrás del desierto se esconde el puerto de la esperanza, atravesando arenas de espejismo he llegado al punto cardinal, norte de mí mismo y allí, alejado del abismo de deseos, subo por fin a la nave y alcanzando su puente suelto amarras. El barco de vapor se mueve con carbón del corazón mientras que levanto el ancla del pasado y con pasión grito a la sala de calderas, ¡" a toda ánima"! ¡muévase la máquina del tiempo y que mi rumbo enamorado me lleve al otro lado de un océano de amor!.
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jueves, 21 de marzo de 2013
Poeta Descontrolado
Soy poeta fuera de control, vivo alocado por amor a los latidos, corazones perdidos que fibrilan sin sentido bombeando una emoción mientras a lo lejos se escuchan ladridos de perros eternos. No encuentro razón que a la vida incite a no ser por el desquite que el corazón le hace a la mente, cuando en el envite de argumentos derrotan los sentimientos a la lógica inalterable del ego. Que cese el hombre con su ruego pagano en el ruedo de la materia, acabe pronto la comedia para poder hablar con el autor. Busco un lejano calor que percibo en la frías estrellas de la noche, mi alma no hace reproches a la vida y si profunda fue la herida de mi mente, mayor es la corriente de afecto que la sana. No admito a la desgana que gane otra partida, el amor es mi destino y yo lo alcanzo navegando barcos de pobreza en un océano de esperanza.
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No Necesito Palabras
No necesito palabras que me hablen del universo, no necesito reversos de ninguna espada para justificar mis silencios. Calla el hombre y grita Dios en la pobreza, y la ciencia lo hace a destiempo, para apagar con sus fórmulas solemnes farolas de sentimientos. Que nadie ame ni piense, razones tiene su frente para ser devorada por la fiebre de la materia. Charla hueca, coro de ranas en la histeria de una charca del tiempo, que toda palabra la devora el silencio eterno, menos la del poeta que se hace eco en los planetas de sentimientos en el universo emocional de Dios.
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miércoles, 20 de marzo de 2013
Disfraces
Restos de viruta de visón quedaron sobre el suelo del salón del baile de la muerte. Posturas convenientes, fotografías amarillas que recogen poses sociales para la galería del marchante hipocresía. Absurda membresía de un club de baile de disfraces, verdades falaces que compras en taquilla. A quien la verdad aparente humilla, le ensalza la realidad profunda, la que levanta de sus tumbas a los inmortales, que dejando designios fatales de oscuridad, se abren a la luz de si mismos. Atravesando todo abismo dejan atrás a los que sacian curiosidad, para nunca alimentar un verdadero interés. Pájaros de cuco que esconden el huevo de sus problemas en otro nido, para que le incuben sus miserias; perecen en el revés de sus trajes, cuando arrebatados los disfraces, desnudos de honras y ultrajes, se detiene la banal melodía, en el último día de sus viejos bailes.
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lunes, 18 de marzo de 2013
Furtivo
Soy poeta furtivo y robo a la luz de la luna llena, divertido, en el jardín de Cupido, corazones mientras duerme. Bebo entonces de sus fuentes, afluentes de emociones donde nadan peces de razones contra la corriente. Y yo me río entonces en el río contemplando el sin sentido de aquellos que viniendo del océano de la vida remontan la corriente, salmones de la muerte, para morir tratando de saltar cataratas de tiempo, que arrojan razones muertas en la playa desierta de la eternidad. Así robo para la libertad ictíneos personajes disfrazados con sus trajes de argumento, con mi anzuelo sentimiento y un cebo de poema. Alcanza luego la vida plena, aquella alma que, cautiva en mi red, la poesía devuelve otra vez al agua para, mecida por la corriente del Creador, dejarse arrastrar hacia el mar, por la melodía hecha rumor de olas de un mar de amor rompiendo en la playa de la vida y sus arenas ilusorias. Soy furtivo de memorias perdidas en la arena, sanador de viejas penas, heridas por donde se desangra todo hombre en ausencia del poeta.
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miércoles, 13 de marzo de 2013
Cada Día
Cada día es un recuerdo nacido para el ayer, una mañana de atardecer eterno, primavera de invierno donde el Dios de todos los tiempos me contempla desde su eterno presente. De forma callada me hice ausente y al cruzar la muralla, escondida entre las canas de mi frente, caminando sobre la playa, en algún lugar dejé una vida, colosal herida perdida de los días por donde mi alma se desangra de eternidad, con el batir oceánico de las olas del tiempo; buscando la libertad que la devuelva a un solo tiempo, el que remonta reverso las aguas de la vida, arriba, hacia el manantial de su propia herida de universo, para cerrarla luego desde el otro lado, al amparo del amor. Dejará atrás entonces mi alma su dolor, por esta separación que a todo hombre asola, y hallará por fin el consuelo, cuando cruce lisonjera el lejano cielo de sus pupilas, que aun me miran desde la eternidad de sus ojos de loto. Ya no habrá más alboroto y el terremoto de ficciones cesará, porque la tierra de mi libertad es suelo firme de emociones.
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jueves, 7 de marzo de 2013
El Angel Caído
Yo se de un angel caído quien quedó dormido en lo cimientos de la soledad. Herido por un sueño, que sirve de relleno a la almohada de la eternidad, reclina su cabeza en el, y cierra los ojos, y no hay mayor antojo en su corazón que amar. Gárgolas pétreas le contemplan como fingidos demonios de oscuridad con alas, y el angel desangelado transita por la azotea estrellada de una catedral cósmica, entre estatuas de apariencias, viejos dioses, falsas ciencias de nesciencia donde se diluye la conciencia de todas las estatuas. Siglos de sombras fatuas, de apariencia engañosa, otrora gloriosas en un relámpago. Brevedad eterna, borrachos de taberna de tiempo le contemplan, y el angel aguarda con paciencia, porque cayó por amor a lo imposible, por decir sus labios arrogantes, te amé una lejana tarde en mis recuerdos, cuando en tu mirada una vez el amor se hizo visible.
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martes, 26 de febrero de 2013
Percebal
Hazme reír Percebal y salgamos a cabalgar dejando atrás el camino, como si no existiera horizonte ni mas destino que la vida por la vida. Como si no hubiera mas herida ni hombres sobre la tierra que nosotros dos. Recordemos en las noches despejadas todas las aventuras soñadas en la infancia, que el fuego en su arrogancia compita con sus chispas por el gobierno de la oscuridad con las estrellas. Hazme reír de nuevo, traigo mi viejo acero arrastrando por el suelo de mi soledad. La libertad es una quimera que se alcanza al cruzar la frontera de la amistad. Esta noche brindaremos por los hombres que fuimos antaño y por los próximos niños. Hazme reír Percebal porque aunque todo salga mal siempre nos quedará el bien de las sonrisas y viviendo así, sin prisas, nos fundiremos en la cálida brisa, la dulce melodía de flauta encantada que resuena en el corazón del universo.
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lunes, 25 de febrero de 2013
Háblame sí, con tus silencios.
Háblame porque al fin ya escucho tus silencios. La quietud es asiento donde reposa mi mente, mi alma silente aguarda las palabras no dichas, las que encierran la dicha verdadera del ser. Háblame sí, con tus silencios y dejemos que destellos de plata de encendidas estrellas de azúcar y nácar nos acompañen hasta el amanecer. Te siento en los silencios de mi corazón, en el espacio que habita entre dos te quiero, en el palacio de mi alma para quien todo tiempo nunca pasa. Te aguardo con la puerta de mi casa abierta, con el duermevela de los cometas que cruzan fugaces el cielo milenario, rutinario y distante de los hombres. Háblame sí, con tus silencios, ahora te entiendo; ahora que por fin estoy muriendo de amor despertando a la vida, sangro por todas mis viejas heridas tus callados lamentos, por esta agonía de nuestra separación. Me mandas maestro en tu eterna emoción en busca de nuevos hombres palabras, atormentados de conceptos, para hacerles callar con los cuidados que tu amor puso en mis manos, con el silencio a gritos de mis cansados y torpes labios. Miradas blancas en cuerpos negros, aguardan para ser oídas, antes de que acabe la partida y el universo entero deje de hablar para desvelar el secreto inalcanzable de sus silencios.
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Otra Vez Adiós
Otra vez te digo adiós porque el adiós siempre gana, acudo a la batalla nuevamente y el hola se diluye en la desgana tras los cascos de mi caballo. Salí a cabalgar el universo dejando rastro de mi humanidad. Lo hice de soslayo, entre las costuras del tiempo, atravesando el desierto de mi corazón para llegar a la emoción del alma. Hoy me invade una extraña calma, ya no siento otra añoranza ni mantengo otro horizonte que el del viento cálido que mueve la brisa de mi estandarte. Ahora tengo por todo arte amar... amarte en cualquier parte.
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miércoles, 20 de febrero de 2013
El Cartógrafo
Navego sobre olas de tiempo en un inmenso mar universo, donde espuma de estrellas salpica el navío de mi alma sobre el reverso de mi cuerpo. Tu mirada es mi sextante y tus pupilas compás que marca la distancia hasta mi lejano recuerdo. Un viento sideral de los días empuja la vela de mi tiempo. Arrecifes planetarios, puertos cotidianos donde atraco, y perdido entre sus hombres aguardo el arribo de tu nave, horizonte estéril donde la vela de tu amor no aparece. Cambio de persona mas no de personalidad y esta nueva realidad que asoma en cada singladura es como un sueño que no dura sino una noche. Noche del tiempo, eterno amanecer donde se pierde el hombre en fingido placer. He dibujado todos los mapas de emociones en mi cósmica travesía, cartografía del corazón de los hombres, geografía que Dios impone en el atlas de la vida. Fui semidiós guerrero y hombre, hoy solo emoción que a la emoción de Tu amor responde.
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lunes, 11 de febrero de 2013
El Tabernero
Me he vuelto tabernero y sirvo en mi taberna de la magia, tragos largos y cortos de mil sueños destilados de esperanza. Borrachos desleidos por el paso de todos los tiempos del universo, vienen como clientes, afluentes del río de imposibles, quiméricos poetas de morfeo. Y yo les veo desde el escaparate, y asomarse luego con la vista perdida por el cuchillo de la puerta, que corta el frío de la calle, del eterno afuera. Sigue recto la acera ya que mi vieja taberna se ubica a pocos metros de cualquier parte al doblar justo la esquina, en avenida del corazón en su cruce con el alma. Es lugar para la calma porque los sueños se beben con sorbos lentos y cadentes. Aguardiente seco para soñadores presurosos, licor dulce para sueños de amantes, y un vino vinagre para torpes y arrogantes. Soy mesonero del cielo y en mi barra la cerveza la sirven dos angeles prelados de alados instrumentos, que retiran embriagados de emociones, por los rincones de mi local, a quienes perdieron la cabeza y hasta quien, como éste tabernero, el alma por amar.
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domingo, 10 de febrero de 2013
La Infinitud
Atrapado en la infinitud de ésta estrechez cósmica de mi mente, pienso de repente que escapar es posible. Haciendo verdad lo increíble consigue Dios el imposible de volverme cuerdo en mi necedad. Alcanzo la oculta respuesta que la realidad esconde, y allí donde mi razón no responde, me abre Dios la puerta para darme la libertad. Alcanzo en el minúsculo átomo de mi alma una inmensa paz que me alcanza cuando contemplo, finalmente, el crepúsculo de la eternidad de mi sueño. Mi corazón ya tiene dueño y en el juego de los dados galácticos consigo al fin la calma, ya nada llama a mi alma al juego, me retiro del tablero de estrellas, no apuesto por planetas amarillos para los sentidos, mi corazón es libre y a la vez cautivo del amor.
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El Eterno Viaje
Mi vida es un eterno viaje, donde pago de peaje la moneda de mi tiempo. Siempre en movimiento, raíles de hierro, alas de hierro, hierro del destierro. Yerro si de él me aparto y dejando siempre atrás el desencanto, canto la desafinada melodía de mis noches y mis días. Hoy habito en la desdentada torre de mis sueños por donde corre el viento entre las mellas de almenas, desarboladas banderas, caídos pendones y estandartes. El castillo que contemplo, en el viaje a ninguna parte, desde la venta de mi asiento, suspira de viejo entre sus huecos con el silbato del tren que me aleja. Siempre en cada partida dejo atrás una muralla para encontrarme con otra, hasta que siendo hombre nuevo en mi derrota, pueda correr libre por los campos aterciopelados de tu amor inmenso.
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viernes, 8 de febrero de 2013
La Vida Perdida
Me he dejado una vida, perdida entre las grietas de la tabla de un escenario. Asombrada de jirones en el telón de mis muertes. No me quejo si la suerte, mala o buena, en mi calendario cotidiano, fue la compañera de mis sueños. Ya no habrá más cerca ni lejos cuando siguiendo el consejo de mi corazón me quede a vivir en la emoción de un te quiero. Me dejé otra vida, perdida en las heridas de mil mundos, pero pronto el profundo cielo de tus ojos, será fecundo nido de estrellas y yo seré entonces la huella que vuelve a casa en el interior del camino divino de tu mirada de universo.
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miércoles, 30 de enero de 2013
Sustantivo
Algún día dejaré de ser adjetivo, para ser sustantivo de mi alma, y recobrando entonces la calma vivir en la oración del universo, sin mas cara ni reverso, con la mirada antaña del niño guia que llevo dentro. Conjugaré entonces el verbo amar y viviré su eterno participio activo como amante, y no será la soledad distante de mis días quien marque el ritmo de mis noches. Seré un eterno derroche de esperanzas viendo la verdad que alcanza quien, subordinado en la oración de Dios, se encuentra a si mismo oculto entre Sus frases, las mismas que con hermoso lenguaje de poeta universal, dejó escritas en Su obra, el sujeto elíptico que habita en mi corazón.
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lunes, 28 de enero de 2013
Es Mejor Amar
Es mejor amar y haber perdido, que ganar la soledad de nunca haber vivido en la emoción por hacer cuentas de intercambio. Querer soñar es ganar la libertad de vivir enamorado de un sueño. El amor no tiene dueño y no se le ajustan cuentas, no es hacienda de lujo para objetos materiales, es morada de paredes desnudas, nueva criatura en cada sentimiento. No admite arrepentimiento, y solo los despojados serán satisfechos por él.
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lunes, 21 de enero de 2013
La Brevedad
El universo de mi vida se esmalta de brevedad. Solitarias estrellas de los días se consumen en singular carnaval. Una nueva mascara cotidiana, me acompaña con sus muecas y mi verdadero rostro queda cubierto por sonrisas y lamentos, o atribulada indiferencia. Pero todo es brevedad, la soledad y el desencanto, la palabra y el silencio, todo es brevedad. Los vivos y los silentes muertos, mas hoy vi en tu mirada leve, entre dos de sus parpadeos asomarse la eternidad del amor que en Dios nos habita, y palpita en su corriente con cada latido breve que mi corazón da.
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sábado, 19 de enero de 2013
Embriaguez
Me embriagué con tus palabras bebiendo de la copa de tus labios. Me serené con tus silencios cuando se rompieron las cadenas de tus brazos. En el océano de emociones nos encontramos los dos náufragos. Arrastrado por el viento de la vida quedé varado de recuerdos sobre arrecife de los días, en mitad del mar pupilar de mis anhelos. La resaca es un hondo dolor por acciones del pasado, y yo apurando el vaso en la taberna del olvido, quedé dormido sobre la barra de tus recuerdos. Estrellas de calendario amarillento me hacen, desde entonces, guiños cotidianos.
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jueves, 17 de enero de 2013
No Vengas a Molestarme
No vengas a molestarme mente, con tu pensamiento de avispa. No vuelvas vida para mostrarme otra vez nuevas heridas, las que me causaron antaño viejos aguijones de codicia. No importa si vienes disfrazada de buenas o malas noticias, no te compro, ya no te vendo, no me presto a tus encantos disfrazados de lamentos. Toma lo que quieras, ya lo dejé ir, trae tus anhelos los dejo entrar en silencio, y así sin arrepentimiento viviré por fin en paz. Las hojas de los arboles se agitan siempre con el viento para proclamar al fin la verdad, que perecerán de amarillo en la orfandad del otoño.
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